En las comunidades andinas, la muerte es considerada como parte de la vida. Es decir, la muerte no constituye una tragedia en la vida de los andinos, más bien, la muerte es como una conclusión, cumplimiento y culminación de una etapa de la vida. Es una llegada a un momento de la permanencia en la existencia de los seres. La muerte para el andino, nunca es el final o la terminación del ser; es continuidad del ser dentro de la totalidad existencial y universal.
Explicación:
Es en este sentido que los andinos entendemos que la muerte es como un viaje a otra dimensión de la vida. Aún así, no es posible dejar la pertenencia a este mundo. Los muertos viven en permanente atención y relación con sus familiares y la comunidad. Esta realidad de relaciones del alma con los vivos, incluso se logra después de los tres años, cuando se despide para el encuentro con el origen. A los difuntos de les puede llamar cuando es necesario.
A partir de la experiencia de la muerte en las comunidades andinas, se comprende el sentido de la trascendencia e inmanencia del espíritu de los seres. Después de la muerte podemos estar en el más allá y también en el mundo de los vivos.
Consideramos que la experiencia de la muerte es algo muy importante en la vida. Es importante para quien llegará ese momento de morir y es también importante para la misma comunidad. Estamos hablando de una experiencia personal y comunitaria que afectará o beneficiará a todos.
La llegada de la muerte debe ser esperada y preparada de una manera muy adecuada. Podemos compartir tantas experiencias en relación a la espera de la muerte, donde se ve que ese momento es más importante que el mismo hecho de estar viviendo. Se muestra también en estas experiencias de cómo se da todo lo necesario material y espiritualmente para la llegada de la muerte. No ocurre lo mismo, cuando sería necesario para conservar vivo el cuerpo de una persona.
Lo importante es morir bien, ser bien atendido en la muerte y después de la muerte. En nuestras comunidades, los funerales realmente tienen el carácter festivo. Se presenta una gran abundancia de comidas, bebidas, colaboración solidaria de la comunidad, gastos fuertes de dinero. El muerto debe ser bien atendido, celebrado y despedido con todo lo que necesita.
"Ujllatamin wañunchij kay kawsaypiqa", "Solamente una vez morimos en esta vida". Así también, una vez se tiene el derecho a la mejor atención. En este sentido, las almas tienen sus propias exigencias, según sus costumbres y tradiciones conservadas durante su vida. En este sentido, tenemos que manifestar que estas atenciones al difunto no solamente responden a los miedos al castigo o penas del alma; más bien, responden al mismo hecho del sentido de la muerte, dentro de la percepción andina del mismo.
Respuesta:
los enteraban
Explicación:
sego¡un los incas los enteraban con sus pertenencias bajo la tierra .
Respuesta:
En las comunidades andinas, la muerte es considerada como parte de la vida. Es decir, la muerte no constituye una tragedia en la vida de los andinos, más bien, la muerte es como una conclusión, cumplimiento y culminación de una etapa de la vida. Es una llegada a un momento de la permanencia en la existencia de los seres. La muerte para el andino, nunca es el final o la terminación del ser; es continuidad del ser dentro de la totalidad existencial y universal.
Explicación:
Es en este sentido que los andinos entendemos que la muerte es como un viaje a otra dimensión de la vida. Aún así, no es posible dejar la pertenencia a este mundo. Los muertos viven en permanente atención y relación con sus familiares y la comunidad. Esta realidad de relaciones del alma con los vivos, incluso se logra después de los tres años, cuando se despide para el encuentro con el origen. A los difuntos de les puede llamar cuando es necesario.
A partir de la experiencia de la muerte en las comunidades andinas, se comprende el sentido de la trascendencia e inmanencia del espíritu de los seres. Después de la muerte podemos estar en el más allá y también en el mundo de los vivos.
Consideramos que la experiencia de la muerte es algo muy importante en la vida. Es importante para quien llegará ese momento de morir y es también importante para la misma comunidad. Estamos hablando de una experiencia personal y comunitaria que afectará o beneficiará a todos.
La llegada de la muerte debe ser esperada y preparada de una manera muy adecuada. Podemos compartir tantas experiencias en relación a la espera de la muerte, donde se ve que ese momento es más importante que el mismo hecho de estar viviendo. Se muestra también en estas experiencias de cómo se da todo lo necesario material y espiritualmente para la llegada de la muerte. No ocurre lo mismo, cuando sería necesario para conservar vivo el cuerpo de una persona.
Lo importante es morir bien, ser bien atendido en la muerte y después de la muerte. En nuestras comunidades, los funerales realmente tienen el carácter festivo. Se presenta una gran abundancia de comidas, bebidas, colaboración solidaria de la comunidad, gastos fuertes de dinero. El muerto debe ser bien atendido, celebrado y despedido con todo lo que necesita.
"Ujllatamin wañunchij kay kawsaypiqa", "Solamente una vez morimos en esta vida". Así también, una vez se tiene el derecho a la mejor atención. En este sentido, las almas tienen sus propias exigencias, según sus costumbres y tradiciones conservadas durante su vida. En este sentido, tenemos que manifestar que estas atenciones al difunto no solamente responden a los miedos al castigo o penas del alma; más bien, responden al mismo hecho del sentido de la muerte, dentro de la percepción andina del mismo.