Revisando viejos archivos, encontré este ensayo sobre el expansionismo norteamericano que escribí hace ya varios años por encargo del Departamento de Educación del gobierno de Puerto Rico. Desafortunadamente, el libro de ensayos del que debió formar parte nunca fue publicado. Lo comparto con mis lectores con la esperanza que les sea interesante o útil.
La expansión territorial es una de las características más importantes del desarrollo histórico de los Estados Unidos. En sus primeros cien años de vida la nación norteamericana experimentó un impresionante crecimiento territorial. Las trece colonias originales se expandieron hasta convertirse en un país atrapado por dos océanos. Como veremos, este fue un proceso complejo que se dio a través de la anexión, compra y conquista de nuevos territorios
Es necesario aclarar que la expansión territorial norteamericana fue algo más que un simple proceso de crecimiento territorial, pues estuvo asociada a elementos de tipo cultural, político, ideológico, racial y estratégico. El expansionismo es un elemento vital en la historia de los Estados Unidos, presente desde el mismo momento de la fundación de las primeras colonias británicas en Norte América. Éste fue considerado un elemento esencial en los primeros cien años de historia de los Estados Unidos como nación independiente, ya que se veía no sólo como algo económica y geopolíticamente necesario, sino también como una expresión de la esencia nacional norteamericana.
No debemos olvidar que la fundación de las trece colonias que dieron vida a los Estados Unidos formó parte de un proceso histórico más amplio: la expansión europea de los siglos XVI y XVII. Durante ese periodo las principales naciones de Europa occidental se lanzaron a explorar y conquistar dando forma a vastos imperios en Asia y América. Una de esas naciones fue Inglaterra, metrópoli de las trece colonias norteamericanas. Es por ello que el expansionismo norteamericano puede ser considerado, hasta cierta forma, una extensión del imperialismo inglés.
Los Estados Unidos experimentaron dos tipos de expansión en su historia: la continental y la extra-continental. La primera es la expansión territorial contigua, es decir, en territorios adyacentes a los Estados Unidos. Ésta fue vista como algo natural y justificado pues se ocupaba terreno que se consideraba “vacío” o habitado por pueblos “inferiores”. La llamada expansión extra-continental se dio a finales del siglo XIX y llevó a los norteamericanos a trascender los límites del continente americano para adquirir territorios alejados de los Estados Unidos (Hawai, Guam y Filipinas). Ésta provocó una fuerte oposición y un intenso debate en torno a la naturaleza misma de la nación norteamericana, pues muchos le consideraron contraria a la tradición y las instituciones políticas de los Estados Unidos.
El Tratado de París de 1783
El primer crecimiento territorial de los Estados Unidos se dio en el mismo momento de alcanzar su independencia. En 1783, norteamericanos y británicos llegaron a acuerdo por el cual Gran Bretaña reconoció la independencia de las trece colonias y se fijaron los límites geográficos de la nueva nación. En el Tratado de París las fronteras de la joven república fueron definidas de la siguiente forma: al norte los Grandes Lagos, al oeste el Río Misisipí y al sur el paralelo 31. Con ello la joven república duplicó su territorio.
Los territorios adquiridos en 1783 fueron objeto de polémica, pues surgió la pregunta de qué hacer con ellos. La solución a este problema fue la creación de lasOrdenanzas del Noroeste (Northwest Ordinance, 1787). Con ésta ley se creó un sistema de territorios en preparación para convertirse en estados. Los nuevos estados entrarían a la unión norteamericana en igualdad de condiciones y derechos que los trece originales. De esta forma los líderes norteamericanos rechazaron el colonialismo y crearon un mecanismo para la incorporación política de nuevos territorios. Las Ordenanzas del Noroeste sentaron un precedente histórico que no sería roto hasta 1898: todos los territorios adquiridos por los Estados Unidos en su expansión continental serían incorporados como estados de la Unión cuando éstos cumpliesen los requisitos definidos para ello.
Revisando viejos archivos, encontré este ensayo sobre el expansionismo norteamericano que escribí hace ya varios años por encargo del Departamento de Educación del gobierno de Puerto Rico. Desafortunadamente, el libro de ensayos del que debió formar parte nunca fue publicado. Lo comparto con mis lectores con la esperanza que les sea interesante o útil.
La expansión territorial es una de las características más importantes del desarrollo histórico de los Estados Unidos. En sus primeros cien años de vida la nación norteamericana experimentó un impresionante crecimiento territorial. Las trece colonias originales se expandieron hasta convertirse en un país atrapado por dos océanos. Como veremos, este fue un proceso complejo que se dio a través de la anexión, compra y conquista de nuevos territorios
Es necesario aclarar que la expansión territorial norteamericana fue algo más que un simple proceso de crecimiento territorial, pues estuvo asociada a elementos de tipo cultural, político, ideológico, racial y estratégico. El expansionismo es un elemento vital en la historia de los Estados Unidos, presente desde el mismo momento de la fundación de las primeras colonias británicas en Norte América. Éste fue considerado un elemento esencial en los primeros cien años de historia de los Estados Unidos como nación independiente, ya que se veía no sólo como algo económica y geopolíticamente necesario, sino también como una expresión de la esencia nacional norteamericana.
No debemos olvidar que la fundación de las trece colonias que dieron vida a los Estados Unidos formó parte de un proceso histórico más amplio: la expansión europea de los siglos XVI y XVII. Durante ese periodo las principales naciones de Europa occidental se lanzaron a explorar y conquistar dando forma a vastos imperios en Asia y América. Una de esas naciones fue Inglaterra, metrópoli de las trece colonias norteamericanas. Es por ello que el expansionismo norteamericano puede ser considerado, hasta cierta forma, una extensión del imperialismo inglés.
Los Estados Unidos experimentaron dos tipos de expansión en su historia: la continental y la extra-continental. La primera es la expansión territorial contigua, es decir, en territorios adyacentes a los Estados Unidos. Ésta fue vista como algo natural y justificado pues se ocupaba terreno que se consideraba “vacío” o habitado por pueblos “inferiores”. La llamada expansión extra-continental se dio a finales del siglo XIX y llevó a los norteamericanos a trascender los límites del continente americano para adquirir territorios alejados de los Estados Unidos (Hawai, Guam y Filipinas). Ésta provocó una fuerte oposición y un intenso debate en torno a la naturaleza misma de la nación norteamericana, pues muchos le consideraron contraria a la tradición y las instituciones políticas de los Estados Unidos.
El Tratado de París de 1783
El primer crecimiento territorial de los Estados Unidos se dio en el mismo momento de alcanzar su independencia. En 1783, norteamericanos y británicos llegaron a acuerdo por el cual Gran Bretaña reconoció la independencia de las trece colonias y se fijaron los límites geográficos de la nueva nación. En el Tratado de París las fronteras de la joven república fueron definidas de la siguiente forma: al norte los Grandes Lagos, al oeste el Río Misisipí y al sur el paralelo 31. Con ello la joven república duplicó su territorio.
Los territorios adquiridos en 1783 fueron objeto de polémica, pues surgió la pregunta de qué hacer con ellos. La solución a este problema fue la creación de lasOrdenanzas del Noroeste (Northwest Ordinance, 1787). Con ésta ley se creó un sistema de territorios en preparación para convertirse en estados. Los nuevos estados entrarían a la unión norteamericana en igualdad de condiciones y derechos que los trece originales. De esta forma los líderes norteamericanos rechazaron el colonialismo y crearon un mecanismo para la incorporación política de nuevos territorios. Las Ordenanzas del Noroeste sentaron un precedente histórico que no sería roto hasta 1898: todos los territorios adquiridos por los Estados Unidos en su expansión continental serían incorporados como estados de la Unión cuando éstos cumpliesen los requisitos definidos para ello.