El parasitismo se define como una relación en la cual uno de los participantes, el parásito, daña a su huésped o vive a expensas
Durante mucho tiempo se pensó que la selección natural actuaría favoreciendo una buena convivencia entre el parásito y el hospedador. Sin duda, esto ha ocurrido en muchas ocasiones: un ejemplo son las bacterias que colonizan nuestro intestino que nos permiten digerir el alimento mientras ellas obtienen el suyo. Pero esta relación no siempre es buena y muchas veces los parásitos son muy virulentos: es el caso del protozoo que causa la malaria. Así como otros parásitos que producen enfermedades que afectan gravemente el organismo.
define como una relación en la cual uno de los participantes, el parásito, daña a su huésped o vive a expensas
Durante mucho tiempo se pensó que la selección natural actuaría favoreciendo una buena convivencia entre el parásito y el hospedador. Sin duda, esto ha ocurrido en muchas ocasiones: un ejemplo son las bacterias que colonizan nuestro intestino que nos permiten digerir el alimento mientras ellas obtienen el suyo. Pero esta relación no siempre es buena y muchas veces los parásitos son muy virulentos: es el caso del protozoo que causa la malaria. Así como otros parásitos que producen enfermedades que afectan gravemente el organismo.
El parasitismo se define como una relación en la cual uno de los participantes, el parásito, daña a su huésped o vive a expensas
Durante mucho tiempo se pensó que la selección natural actuaría favoreciendo una buena convivencia entre el parásito y el hospedador. Sin duda, esto ha ocurrido en muchas ocasiones: un ejemplo son las bacterias que colonizan nuestro intestino que nos permiten digerir el alimento mientras ellas obtienen el suyo. Pero esta relación no siempre es buena y muchas veces los parásitos son muy virulentos: es el caso del protozoo que causa la malaria. Así como otros parásitos que producen enfermedades que afectan gravemente el organismo.
define como una relación en la cual uno de los participantes, el parásito, daña a su huésped o vive a expensas
Durante mucho tiempo se pensó que la selección natural actuaría favoreciendo una buena convivencia entre el parásito y el hospedador. Sin duda, esto ha ocurrido en muchas ocasiones: un ejemplo son las bacterias que colonizan nuestro intestino que nos permiten digerir el alimento mientras ellas obtienen el suyo. Pero esta relación no siempre es buena y muchas veces los parásitos son muy virulentos: es el caso del protozoo que causa la malaria. Así como otros parásitos que producen enfermedades que afectan gravemente el organismo.