Rima Consonante :
A un que panal de rica miel
dos mil moscas acudieron
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Garcilaso de la Vega:
Mas la fortuna, de mi mal no harta,
me aflige, y de un trabajo en otro lleva;
ya de la patria, ya del bien me aparta;
ya mi paciencia en mil maneras prueba;
y lo que siento más es que la carta
donde mi pluma en tu alabanza mueva,
poniendo en su lugar cuidados vanos,
me quita y me arrebata de las manos.
Félix María Samaniego:
Otra mosca en un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.
Lope de Vega:
Canta pájaro en la enramada
selva a su amor, que por el verde suelo
no ha visto el cazador que con desvelo
le está escuchando, la bullesta armada.
En tanto no te ofenda ni te harte
tratar del campo y soledad que amaste,
ni desdeñes aquesta inculta parte
de mi estilo, que en algo ya estimaste.
Entre las armas del sangriento Marte,
do apenas hay quien su furor contraste,
hurté de tiempo aquesta breve suma,
tomando, ora la espada, ora la pluma.
Autor desconocido:
Hoy se abren las ventanas a la fe, sin temor,
hoy los cuerpos del frío recobran su calor.
Francisco de Quevedo:
Sin duda el verte presa, encarcelada,
La codicia del oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada.
Por el pan de agonía, miseria, hambre y dolor,
se cerraron espacios a la paz y al amor.
El recuerdo rezonga por la oscura azotea,
va errante por la bruma con pasos de charol
gris plumón en el viento, juguete de marea,
cometa vagabundo, cansado caracol.
Ramón Valdez:
Cuando atiza su fuego centellea el olvido,
se funden los metales con nardos de pasión
y las cenizas velan todo el valle perdido.
Olvidó su dolor, nuestro pecado,
nos ofrece su reino celestial,
y le dejamos solo, abandonado.
“¡Qué milagro se ofrece cada día
ante la humanidad indiferente!,
todo un Dios, infinito, omnipotente,
da su cuerpo, cosecha de agonía.”
“Cuando emite su voz desvaría el quejido,
estallan los acordes de añorada canción
y sus ecos de piedra son amargo latido.”
Aquella voluntad honesta y pura,
ilustre y hermosísima María,
que en mí de celebrar tu hermosura,
tu ingenio y tu valor estar solía
a despecho y pesar de la ventura
que por otro camino me desvía,
está y estará en mí tanto clavada,
cuanto del cuerpo el alma acompañada.
La voluntad de Dios por grillos tienes,
Y escrita en la arena, ley te humilla;
Y por besarla llegas a la orilla,
Mar obediente, a fuerza de Valvenes
Rima asonante :
otro diablo lo sacó
y otro diablo le decía:
¿Cómo diablo se cayó?
Tus ojos morena
se parecen a ti
porque pestañean
como un colibrí.
«Está cogiendo aceituna
la prende por la cintura» (Federico García Lorca)
«La luz caía como un agua seca
de fresca fuerza» (Pablo Neruda)
«Estoy cansado, claro
porque a esta altura uno tiene que estar cansado» (Fernando Pessoa)
«Y he pensado en sus ojos
y en sus pies numerosos» (César Vallejo)
La cuna, casi en sombra.
El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.
Ayer cogiendo papas
me engoruñé como un gato,
y hoy no me puedo agachar
ni ponerme los zapatos.
«Una blancura
la penumbra» (Jorge Luis Borges)
Estaba la pájara vieja
derribada en el viejo rincón
con su pata remueve las plumas
agitadas de un duro temblor.
Juan José confiaba,
en poder verla en la ventana.
A cazar va don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara;
con la gran siesta que hace
arrimándose a una haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,
que le sacaría el alma.
Católico rey Fernando,
a quien ha enviado el cielo
desde Aragón a Castilla
para bien y amparo nuestro:
en nombre de Ciudad Real,
a vuestro valor supremo
humildes nos presentamos,
el real amparo pidiendo.
Hay ocasiones en que hay que ignorar,
y de esa forma poder presionar.
Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos,
como llenos de rocío…
El duende de los sueños
¡Eh, pequeño duendecillo!
¿Dónde vas todas las noches?
Andas de acá para allá
te veo y después te escondes.
Y el duende me ha contestado:
Soy el duende de los sueños,
y a los niños cuando duermen
vigilo todas las noches
aunque ellos no puedan verme
Contentos estaban
El perro ladraba
y el gato maullaba,
mientras el mosquito,
zumbaba y zumbaba
y al niño en su cuna
su madre cantaba.
Todos en la casa
contentos estaban.
Al amanecer
Trina un pájaro en el nido
bello canto a la mañana,
la flor crece en el rosal,
croa en la charca la rana.
Un grillo canta también
contento al amanecer,
y salen los caracoles
para pasear después.
Alguna lección
En la arena de la playa
está haciendo su castillo,
ha quedado muy bonito
piensa orgulloso el chiquillo.
Cuando ha pasado un anciano
lo ve con admiración,
porque también de los niños
se aprende alguna lección.
El establo se hizo vivo
y alargaron hasta el Niño
como un bosque sacudido.
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Rima Consonante :
A un que panal de rica miel
dos mil moscas acudieron
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Garcilaso de la Vega:
Mas la fortuna, de mi mal no harta,
me aflige, y de un trabajo en otro lleva;
ya de la patria, ya del bien me aparta;
ya mi paciencia en mil maneras prueba;
y lo que siento más es que la carta
donde mi pluma en tu alabanza mueva,
poniendo en su lugar cuidados vanos,
me quita y me arrebata de las manos.
Félix María Samaniego:
Otra mosca en un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.
Lope de Vega:
Canta pájaro en la enramada
selva a su amor, que por el verde suelo
no ha visto el cazador que con desvelo
le está escuchando, la bullesta armada.
Garcilaso de la Vega:
En tanto no te ofenda ni te harte
tratar del campo y soledad que amaste,
ni desdeñes aquesta inculta parte
de mi estilo, que en algo ya estimaste.
Entre las armas del sangriento Marte,
do apenas hay quien su furor contraste,
hurté de tiempo aquesta breve suma,
tomando, ora la espada, ora la pluma.
Autor desconocido:
Hoy se abren las ventanas a la fe, sin temor,
hoy los cuerpos del frío recobran su calor.
Francisco de Quevedo:
Sin duda el verte presa, encarcelada,
La codicia del oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada.
Autor desconocido:
Por el pan de agonía, miseria, hambre y dolor,
se cerraron espacios a la paz y al amor.
Autor desconocido:
El recuerdo rezonga por la oscura azotea,
va errante por la bruma con pasos de charol
gris plumón en el viento, juguete de marea,
cometa vagabundo, cansado caracol.
Ramón Valdez:
Cuando atiza su fuego centellea el olvido,
se funden los metales con nardos de pasión
y las cenizas velan todo el valle perdido.
Autor desconocido:
Olvidó su dolor, nuestro pecado,
nos ofrece su reino celestial,
y le dejamos solo, abandonado.
Autor desconocido:
“¡Qué milagro se ofrece cada día
ante la humanidad indiferente!,
todo un Dios, infinito, omnipotente,
da su cuerpo, cosecha de agonía.”
Autor desconocido:
“Cuando emite su voz desvaría el quejido,
estallan los acordes de añorada canción
y sus ecos de piedra son amargo latido.”
Garcilaso de la Vega:
Aquella voluntad honesta y pura,
ilustre y hermosísima María,
que en mí de celebrar tu hermosura,
tu ingenio y tu valor estar solía
a despecho y pesar de la ventura
que por otro camino me desvía,
está y estará en mí tanto clavada,
cuanto del cuerpo el alma acompañada.
Francisco de Quevedo:
La voluntad de Dios por grillos tienes,
Y escrita en la arena, ley te humilla;
Y por besarla llegas a la orilla,
Mar obediente, a fuerza de Valvenes
Rima asonante :
otro diablo lo sacó
y otro diablo le decía:
¿Cómo diablo se cayó?
Tus ojos morena
se parecen a ti
porque pestañean
como un colibrí.
«Está cogiendo aceituna
la prende por la cintura» (Federico García Lorca)
«La luz caía como un agua seca
de fresca fuerza» (Pablo Neruda)
«Estoy cansado, claro
porque a esta altura uno tiene que estar cansado» (Fernando Pessoa)
«Y he pensado en sus ojos
y en sus pies numerosos» (César Vallejo)
La cuna, casi en sombra.
El niño duerme.
Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.
Ayer cogiendo papas
me engoruñé como un gato,
y hoy no me puedo agachar
ni ponerme los zapatos.
«Una blancura
la penumbra» (Jorge Luis Borges)
Estaba la pájara vieja
derribada en el viejo rincón
con su pata remueve las plumas
agitadas de un duro temblor.
Juan José confiaba,
en poder verla en la ventana.
A cazar va don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara;
con la gran siesta que hace
arrimándose a una haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
hijo de la renegada,
que si a las manos le hubiese,
que le sacaría el alma.
Católico rey Fernando,
a quien ha enviado el cielo
desde Aragón a Castilla
para bien y amparo nuestro:
en nombre de Ciudad Real,
a vuestro valor supremo
humildes nos presentamos,
el real amparo pidiendo.
Hay ocasiones en que hay que ignorar,
y de esa forma poder presionar.
Bajó un buey su aliento al rostro
y se lo exhaló sin ruido,
y sus ojos fueron tiernos,
como llenos de rocío…
El duende de los sueños
¡Eh, pequeño duendecillo!
¿Dónde vas todas las noches?
Andas de acá para allá
te veo y después te escondes.
Y el duende me ha contestado:
Soy el duende de los sueños,
y a los niños cuando duermen
vigilo todas las noches
aunque ellos no puedan verme
Contentos estaban
El perro ladraba
y el gato maullaba,
mientras el mosquito,
zumbaba y zumbaba
y al niño en su cuna
su madre cantaba.
Todos en la casa
contentos estaban.
Al amanecer
Trina un pájaro en el nido
bello canto a la mañana,
la flor crece en el rosal,
croa en la charca la rana.
Un grillo canta también
contento al amanecer,
y salen los caracoles
para pasear después.
Alguna lección
En la arena de la playa
está haciendo su castillo,
ha quedado muy bonito
piensa orgulloso el chiquillo.
Cuando ha pasado un anciano
lo ve con admiración,
porque también de los niños
se aprende alguna lección.
El establo se hizo vivo
y alargaron hasta el Niño
como un bosque sacudido.