Resumen sobre la llegada de los españoles a huanuco
Dorayque5555
Juan José Crespo y Castillo (Huánuco, 1747 - Huánuco, 14 de septiembre de 1812), fue un prócer de la Independencia del Perú, quien se distinguió como uno de los líderes de larebelión de Huánuco de 1812, organizada por criollos prominentes de Huánuco y un grupo de alcaldes indígenas de los poblados vecinos, que movilizaron masas de indios contra las fuerzas virreinales o realistas. Vencido, fue ajusticiado.
La numerosa población indígena sufría por entonces la tiranía y los abusos del régimen virreinal. La población criolla también estalló en descontento cuando las autoridades virreinales decidieron suprimir la libertad de cultivos decretada hacía poco por las Cortes de Cádiz (enero de 1812). Como consecuencia de ello, muchos productores y comerciantes, especialmente de tabaco, fueron considerados contrabandistas, y como tales perseguidos por la autoridad virreinal. Se daba así el campo propicio para que indígenas y criollos se aliaran para luchar contra la dominación española.
Crespo y Castillo organizó reuniones con los criollos de Huánuco afectados por la arbitraria política virreinal. Convencidos de que era necesario acabar con el “mal gobierno”, los criollos organizaron una rebelión y enviaron agentes a los pueblos vecinos para que anunciaran la llegada inminente de un “inca justiciero” o propusieran la expulsión de los odiados españoles. Naturalmente, esta prédica tuvo efecto. Los indios de partidos de Panatahuas, Huamalíes, Huánuco y otras poblaciones vecinas, alentados por sus alcaldes, se sumaron en masa a la rebelión. Armados de palos, piedras, hondas y una sola escopeta, el22 de febrero de 1812 convergieron hacia la ciudad de Huánuco. Se detuvieron en el puente de Huayaupampa, donde derrotaron a un pequeño contingente realista. Los criollos pactaron con los caudillos indígenas. Al día siguiente, todos los cerros que circundaban Huánuco aparecieron copados de indios. Los españoles fugaron apresuradamente de la ciudad y los indios ocuparon la ciudad, a la que sometieron al saqueo, respetando solo las casas de los criollos y mestizos. La autoridad española fue destituida y en su reemplazo fue elegido Crespo y Castillo como jefe político y militar (26 de febrero de 1812).
Después de dichos sucesos, los criollos conformaron una junta de gobierno integrada por Domingo Berrospi, Juan José Crespo y Castillo y Juan Antonio Navarro. El jefe de la misma era Berrospi pero este fue destituido al poco tiempo a instigación de los alcaldes indios, acusado de pasividad. Crespo y Castillo asumió entonces el liderazgo de la junta. Los alcaldes indígenas, en número de 25, dirigieron una comunicación al virrey en la que manifestaban que
la insurrección no era contra el Estado, ni contra la monarquía, no contra la patria, ni contra la religión, sino contra los chapetones [españoles] opresores y tiranos.
La numerosa población indígena sufría por entonces la tiranía y los abusos del régimen virreinal. La población criolla también estalló en descontento cuando las autoridades virreinales decidieron suprimir la libertad de cultivos decretada hacía poco por las Cortes de Cádiz (enero de 1812). Como consecuencia de ello, muchos productores y comerciantes, especialmente de tabaco, fueron considerados contrabandistas, y como tales perseguidos por la autoridad virreinal. Se daba así el campo propicio para que indígenas y criollos se aliaran para luchar contra la dominación española.
Crespo y Castillo organizó reuniones con los criollos de Huánuco afectados por la arbitraria política virreinal. Convencidos de que era necesario acabar con el “mal gobierno”, los criollos organizaron una rebelión y enviaron agentes a los pueblos vecinos para que anunciaran la llegada inminente de un “inca justiciero” o propusieran la expulsión de los odiados españoles. Naturalmente, esta prédica tuvo efecto. Los indios de partidos de Panatahuas, Huamalíes, Huánuco y otras poblaciones vecinas, alentados por sus alcaldes, se sumaron en masa a la rebelión. Armados de palos, piedras, hondas y una sola escopeta, el22 de febrero de 1812 convergieron hacia la ciudad de Huánuco. Se detuvieron en el puente de Huayaupampa, donde derrotaron a un pequeño contingente realista. Los criollos pactaron con los caudillos indígenas. Al día siguiente, todos los cerros que circundaban Huánuco aparecieron copados de indios. Los españoles fugaron apresuradamente de la ciudad y los indios ocuparon la ciudad, a la que sometieron al saqueo, respetando solo las casas de los criollos y mestizos. La autoridad española fue destituida y en su reemplazo fue elegido Crespo y Castillo como jefe político y militar (26 de febrero de 1812).
Después de dichos sucesos, los criollos conformaron una junta de gobierno integrada por Domingo Berrospi, Juan José Crespo y Castillo y Juan Antonio Navarro. El jefe de la misma era Berrospi pero este fue destituido al poco tiempo a instigación de los alcaldes indios, acusado de pasividad. Crespo y Castillo asumió entonces el liderazgo de la junta. Los alcaldes indígenas, en número de 25, dirigieron una comunicación al virrey en la que manifestaban que
la insurrección no era contra el Estado, ni contra la monarquía, no contra la patria, ni contra la religión, sino contra los chapetones [españoles] opresores y tiranos.