Flavio165
Acá un RESUMEN: En la ciudad de Salem se contaban varios relatos inquietantes sobre las ratas del cementerio. El viejo Masson, cuidador del panteón de esta ciudad, se había asombrado de estas historias; sin embargo, durante las noches saqueaba y vendía los cuerpos a médicos que no tenían escrúpulos. Pero debía mantenerse en constante competencia con las ratas, porque muchas veces éstas le robaban el botín. Una lluviosa noche decidió abrir un ataúd para robar las joyas de un cadáver. Al abrirlo se dio cuenta que las ratas se habían adelantado, ya que no se encontraban rastros del cadáver. Se arma de valor para perseguir a las ratas por el estrecho túnel y robarles el cuerpo. Ya dentro del pasadizo, se ve perseguido por las ratas y por una momia viviente. Cuando cree que se encuentra a salvo de las ratas, se da cuenta de que ha quedado atrapado en un féretro y su final se acerca.
Lo inexplicable ocurre cuando Masson es perseguido por una momia viviente. Es interesante que el autor mezcle algo tan normal como el trabajo de un cuidador con varios aspectos sobrenaturales: la inmensidad de las ratas y su capacidad para perforar una caja de muerto y arrastrar un cadáver, una momia viviente que habita debajo de un cementerio. De alguna manera, el narrador anticipa la posibilidad de que algo sobrenatural ocurra cuando alude los relatos inquietantes sobre la ciudad, lo cual hace que disminuya la sorpresa del final. A pesar del tópico tan común que aborda, Henry Kuttner logra evocar un sentido sobrenatural verdaderamente notable. Tanto la descripción de los viscosos y fétidos laberintos subterráneos, como el descenso del saqueador por aquellos túneles infestados de ratas, son magistrales en su ejecución.
suerte
En la ciudad de Salem se contaban varios relatos inquietantes sobre las ratas del cementerio. El viejo Masson, cuidador del panteón de esta ciudad, se había asombrado de estas historias; sin embargo, durante las noches saqueaba y vendía los cuerpos a médicos que no tenían escrúpulos. Pero debía mantenerse en constante competencia con las ratas, porque muchas veces éstas le robaban el botín. Una lluviosa noche decidió abrir un ataúd para robar las joyas de un cadáver. Al abrirlo se dio cuenta que las ratas se habían adelantado, ya que no se encontraban rastros del cadáver. Se arma de valor para perseguir a las ratas por el estrecho túnel y robarles el cuerpo. Ya dentro del pasadizo, se ve perseguido por las ratas y por una momia viviente. Cuando cree que se encuentra a salvo de las ratas, se da cuenta de que ha quedado atrapado en un féretro y su final se acerca.
Lo inexplicable ocurre cuando Masson es perseguido por una momia viviente. Es interesante que el autor mezcle algo tan normal como el trabajo de un cuidador con varios aspectos sobrenaturales: la inmensidad de las ratas y su capacidad para perforar una caja de muerto y arrastrar un cadáver, una momia viviente que habita debajo de un cementerio.
De alguna manera, el narrador anticipa la posibilidad de que algo sobrenatural ocurra cuando alude los relatos inquietantes sobre la ciudad, lo cual hace que disminuya la sorpresa del final. A pesar del tópico tan común que aborda, Henry Kuttner logra evocar un sentido sobrenatural verdaderamente notable. Tanto la descripción de los viscosos y fétidos laberintos subterráneos, como el descenso del saqueador por aquellos túneles infestados de ratas, son magistrales en su ejecución.