A la mañana siguiente, la familia Otis regresa al salón y encuentra la mancha de sangre nuevamente en su lugar. Cuando observan que la mancha comienza a ser restaurada todos los días, los Otis admiten la posibilidad de que la mansión albergue un fantasma.
El último día de la semana, cerca de la medianoche, el señor Otis se encuentra accidentalmente con el fantasma y, lejos de experimentar sentimientos de asombro o de pánico, se dirige a él para recomendarle la utilización de un producto para lubricar sus cadenas y reducir así el ruido que estas hacen al arrastrarlas. Lleno de indignación por la sugerencia de Hiram, el fantasma se retira bruscamente, pero cerca de una escalera de roble, los mellizos Barras y Estrellas le lanzan una almohada por la cabeza, provocando la huída de sir Simon, quien se desvanece aterrado a través de una pared.
En su escondite, el fantasma reflexiona sobre la situación recientemente ocurrida, sintiendo que en sus tres siglos de existencia como fantasma nunca había sufrido una humillación tan grande. Como consuelo, recuerda sus principales proezas y hazañas realizadas en el castillo de Canterville, atormentando a varias generaciones de aristócratas. De esta manera, el fantasma llega a la conclusión de que la situación resulta intolerable y que debe tener una revancha
Resumen
A la mañana siguiente, la familia Otis regresa al salón y encuentra la mancha de sangre nuevamente en su lugar. Cuando observan que la mancha comienza a ser restaurada todos los días, los Otis admiten la posibilidad de que la mansión albergue un fantasma.
El último día de la semana, cerca de la medianoche, el señor Otis se encuentra accidentalmente con el fantasma y, lejos de experimentar sentimientos de asombro o de pánico, se dirige a él para recomendarle la utilización de un producto para lubricar sus cadenas y reducir así el ruido que estas hacen al arrastrarlas. Lleno de indignación por la sugerencia de Hiram, el fantasma se retira bruscamente, pero cerca de una escalera de roble, los mellizos Barras y Estrellas le lanzan una almohada por la cabeza, provocando la huída de sir Simon, quien se desvanece aterrado a través de una pared.
En su escondite, el fantasma reflexiona sobre la situación recientemente ocurrida, sintiendo que en sus tres siglos de existencia como fantasma nunca había sufrido una humillación tan grande. Como consuelo, recuerda sus principales proezas y hazañas realizadas en el castillo de Canterville, atormentando a varias generaciones de aristócratas. De esta manera, el fantasma llega a la conclusión de que la situación resulta intolerable y que debe tener una revancha
perdon por gastarte los puntos pero la otra repuesta es copiada de internet