alexandrahm
Tragedia de Esquilo sobre el personaje mitológico Prometeo, hijo de Jápeto y de Clímene según Hesiodo, o de Jápeto y Temis según afirma Esquilo en su “Prometeo encadenado”. La tragedia data del año 467 antes de Cristo, donde Prometeo, de acuerdo con Zeus, crea al hombre formándolo de arcilla.
Zeus quiere que la raza humana permanezca esclava, carente de todo poder y de toda inventiva; pero Prometeo, desobedeciendo al Dios, da a los hombres el fuego, germen de toda civilización el cual roba del carro del sol.
Cuando el rey de los dioses le envía a Pandora, la primera mujer de cuerpo perfecto y portadora de una caja en la que se encierran todos los males y los vicios con los cuales se logrará debilitar a los hombres.
Prometeo desconfía de ella, pero su hermano, Epimeteo, abre la caja fatal. Para triunfar sobre Prometeo, Zeus debe recurrir a la violencia y encadenarle a una roca del Cáucaso, donde un buitre le devorará eternamente las entrañas.
Zeus le teme porque sabe que sólo él podrá explicarle el sentido de un vaticinio de las Parcas, según el cual, Zeus está amenazado de perder el poder a manos de un hijo que habrá de nacerle. En vano el rey de los dioses intenta por mil modos lograr que Prometeo le descifre el enigma, hasta que finalmente, vencido por su constancia, tiene que permitir que Hércules le de la libertad. En este hecho mitológico, cimentó Esquilo su monumental obra, “Prometeo encadenado”. Al igual que “La orestiada”, esta tragedia conformaba una trilogía junto a “Prometo liberado” y “Prometeo conductor del fuego”, dentro de las cuales había de realizarse la fuerte concepción esquiliana de la tragedia, con la reconciliación de Zeus y Prometeo.
Zeus quiere que la raza humana permanezca esclava, carente de todo poder y de toda inventiva; pero Prometeo, desobedeciendo al Dios, da a los hombres el fuego, germen de toda civilización el cual roba del carro del sol.
Cuando el rey de los dioses le envía a Pandora, la primera mujer de cuerpo perfecto y portadora de una caja en la que se encierran todos los males y los vicios con los cuales se logrará debilitar a los hombres.
Prometeo desconfía de ella, pero su hermano, Epimeteo, abre la caja fatal. Para triunfar sobre Prometeo, Zeus debe recurrir a la violencia y encadenarle a una roca del Cáucaso, donde un buitre le devorará eternamente las entrañas.
Zeus le teme porque sabe que sólo él podrá explicarle el sentido de un vaticinio de las Parcas, según el cual, Zeus está amenazado de perder el poder a manos de un hijo que habrá de nacerle.
En vano el rey de los dioses intenta por mil modos lograr que Prometeo le descifre el enigma, hasta que finalmente, vencido por su constancia, tiene que permitir que Hércules le de la libertad.
En este hecho mitológico, cimentó Esquilo su monumental obra, “Prometeo encadenado”.
Al igual que “La orestiada”, esta tragedia conformaba una trilogía junto a “Prometo liberado” y “Prometeo conductor del fuego”, dentro de las cuales había de realizarse la fuerte concepción esquiliana de la tragedia, con la reconciliación de Zeus y Prometeo.