Fue hija del escritor y dramaturgo Nicomedes Santa Cruz Aparicio y de Victoria Gamarra, de familia muy ligada a la pintura y gran bailarina de zamacueca y marinera. Con esas figuras tutelares, Victoria se convirtió en una verdadera heroína del arte negro peruano.
Tuvo diez hermanos, entre los que destacaron Rafael, torero de gran clase, que muchos conocieron como “La maravilla negra del toreo”; Nicomedes, el eximio decimista y estudioso del folclore afroperuano como ella; y César, músico y compositor.
Se inició en el mundo de las tablas con el grupo Cumanana (1958), junto a su hermano Nicomedes. Becada por el gobierno francés, viajó a París para estudiar en la Universidad del Teatro de las Naciones (1961) y en la Escuela Superior de Estudios Coreográficos, donde destacó como creadora y diseñadora del vestuario de la obra “El retablo de don Cristóbal”, de Federico García Lorca, y en “La rosa de papel”, de Ramón del Valle Inclán.
En 1968 fundó Teatro y Danzas Negras del Perú, comenzando una nueva etapa del estudio de la cultura negra en nuestro país. Con su talentoso grupo nos representó en los festejos de los Juegos Olímpicos de México 1968; en esa ocasión los danzantes peruanos obtuvieron una medalla y un diploma por su impecable labor.
PREMIOS Y DISTINCIONES
Victoria participó brillantemente en el Primer Festival y Seminario Latinoamericano de Televisión en 1970, que organizó la Universidad Católica de Chile, donde recibió el premio como la mejor folclorista. Al año siguiente, 1971, fue invitada por el Gobierno Colombiano al Festival de Cali, donde hizo sentir que las raíces negras de la región no son patrimonio de un solo país sino de muchos.
Con esa estirpe de defensora de la identidad cultural en el país, el Gobierno de turno la nombró, en 1973, directora del Conjunto Nacional de Folclore del Instituto Nacional de Cultura (INC). Su función en ese importante cargo fue reconocida por tirios y troyanos, puesto que dejó siempre en alto el nombre del Perú.
Conocieron su talento y carácter firme países como Estados Unidos, Canadá, El Salvador, Guatemala; además de Francia, Bélgica, Suiza y el Principado de Mónaco.
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Fue hija del escritor y dramaturgo Nicomedes Santa Cruz Aparicio y de Victoria Gamarra, de familia muy ligada a la pintura y gran bailarina de zamacueca y marinera. Con esas figuras tutelares, Victoria se convirtió en una verdadera heroína del arte negro peruano.
Tuvo diez hermanos, entre los que destacaron Rafael, torero de gran clase, que muchos conocieron como “La maravilla negra del toreo”; Nicomedes, el eximio decimista y estudioso del folclore afroperuano como ella; y César, músico y compositor.
Se inició en el mundo de las tablas con el grupo Cumanana (1958), junto a su hermano Nicomedes. Becada por el gobierno francés, viajó a París para estudiar en la Universidad del Teatro de las Naciones (1961) y en la Escuela Superior de Estudios Coreográficos, donde destacó como creadora y diseñadora del vestuario de la obra “El retablo de don Cristóbal”, de Federico García Lorca, y en “La rosa de papel”, de Ramón del Valle Inclán.
En 1968 fundó Teatro y Danzas Negras del Perú, comenzando una nueva etapa del estudio de la cultura negra en nuestro país. Con su talentoso grupo nos representó en los festejos de los Juegos Olímpicos de México 1968; en esa ocasión los danzantes peruanos obtuvieron una medalla y un diploma por su impecable labor.
PREMIOS Y DISTINCIONES
Victoria participó brillantemente en el Primer Festival y Seminario Latinoamericano de Televisión en 1970, que organizó la Universidad Católica de Chile, donde recibió el premio como la mejor folclorista. Al año siguiente, 1971, fue invitada por el Gobierno Colombiano al Festival de Cali, donde hizo sentir que las raíces negras de la región no son patrimonio de un solo país sino de muchos.
Con esa estirpe de defensora de la identidad cultural en el país, el Gobierno de turno la nombró, en 1973, directora del Conjunto Nacional de Folclore del Instituto Nacional de Cultura (INC). Su función en ese importante cargo fue reconocida por tirios y troyanos, puesto que dejó siempre en alto el nombre del Perú.
Conocieron su talento y carácter firme países como Estados Unidos, Canadá, El Salvador, Guatemala; además de Francia, Bélgica, Suiza y el Principado de Mónaco.
Explicación:
hay ta dame corona
elvato61 dar su coronita