Misterioso personaje de quien se sospecha un humilde origen, el protagonista de la obra, don Álvaro, es el prototipo de héroe romántico perseguido por una fatalidad contra la que nada pueden las acciones humanas, por muy puros que sean los principios que las inspiren. En don Álvaro, sin embargo, desempeña un papel importante el elemento religioso: hasta el último momento (y en ello demuestra su catolicismo opuesto al fatalismo calvinista) se resiste a reconocer la espantosa fuerza de la predestinación y sólo sucumbe cuando todo su mundo parece haberse derrumbado ante él.
En Sevilla, adonde ha llegado de regreso de las Indias, don Álvaro se enamora de Leonor, que también ama sinceramente a don Álvaro. La hostilidad del padre de Leonor, el soberbio marqués de Calatrava, induce a los enamorados a intentar la fuga. Descubierta su tentativa, don Álvaro entrega su pistola al marqués, pero la pistola cae, se dispara y mata accidentalmente al marqués. Don Álvaro, herido por los servidores del marqués, huye. También Leonor huye tras el funesto incidente, vestida de hombre, y se refugia en una ermita, cerca de un convento de frailes.
Misterioso personaje de quien se sospecha un humilde origen, el protagonista de la obra, don Álvaro, es el prototipo de héroe romántico perseguido por una fatalidad contra la que nada pueden las acciones humanas, por muy puros que sean los principios que las inspiren. En don Álvaro, sin embargo, desempeña un papel importante el elemento religioso: hasta el último momento (y en ello demuestra su catolicismo opuesto al fatalismo calvinista) se resiste a reconocer la espantosa fuerza de la predestinación y sólo sucumbe cuando todo su mundo parece haberse derrumbado ante él.
En Sevilla, adonde ha llegado de regreso de las Indias, don Álvaro se enamora de Leonor, que también ama sinceramente a don Álvaro. La hostilidad del padre de Leonor, el soberbio marqués de Calatrava, induce a los enamorados a intentar la fuga. Descubierta su tentativa, don Álvaro entrega su pistola al marqués, pero la pistola cae, se dispara y mata accidentalmente al marqués. Don Álvaro, herido por los servidores del marqués, huye. También Leonor huye tras el funesto incidente, vestida de hombre, y se refugia en una ermita, cerca de un convento de frailes.
fue lo que yo se espero y te sirva