Narrador, ensayista, periodista y jurista salvadoreño, nacido en Santa Ana el 17 de diciembre de 1903, y fallecido en México D. F. el 1 de octubre de 1967. A pesar de la relativa brevedad de su producción literaria, está considerado como uno de los más destacados narradores de la literatura centroamericana del siglo XX, merced a su excepcional novela titulada Hombres contra la muerte (1947).
Nacido en el seno de una prestigiosa familia de profesores y escritores, mostró desde muy temprana edad un acentuado interés hacia los temas humanísticos, lo que le llevó a cursar estudios de Leyes y licenciarse como jurista en la Universidad de El Salvador. Ejerció después, durante algunos años, la docencia, actividad que enseguida empezó a compaginar con su tenaz dedicación al cultivo de la literatura. Muy bien relacionado en los círculos culturales de su país, pronto comenzó a publicar sus primeros artículos y relatos en los principales medios de comunicación salvadoreños, entre los que destacan las revistas Cuscatlania (1919), Atlacatl(1921) Lumen (1926) y Cactus (1933), y el rotativo diario Queremos (1927). Esta importante presencia en la prensa salvadoreña le permitió asumir el cargo de Jefe de Redacción de El Gran Diario (1939), ocupación que pronto compaginó con un puesto de funcionario en el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.
Su primera narración extensa, una novela poemática titulada Trenes, vio la luz en Chile (Santiago: Editorial Ercilla, 1940). Posteriormente, mientras preparaba su famosa obra Hombres contra la muerte, se vio obligado a emigrar a México, país en el que apareció este magnífico relato centrado en las preocupaciones sociales de buena parte de los intelectuales centroamericanos de su tiempo. En 1948, el gobierno de su nación reconoció la valía de este escritor con un galardón oficial concedido a esta gran novela.
Tras varios años de silencio creativo, a mediados de la década de los años sesenta Miguel Ángel Espino se enfrascó en la redacción de una novela basada en la vida del cabecilla revolucionario salvadoreño Agustín Farabundo Martí; pero la muerte le sorprendió en la capital mejicana sin que hubiera podido dar fin a esta esperada narración, cuyo manuscrito inconcluso se conserva hoy en manos de sus familiares.
Narrador, ensayista, periodista y jurista salvadoreño, nacido en Santa Ana el 17 de diciembre de 1903, y fallecido en México D. F. el 1 de octubre de 1967. A pesar de la relativa brevedad de su producción literaria, está considerado como uno de los más destacados narradores de la literatura centroamericana del siglo XX, merced a su excepcional novela titulada Hombres contra la muerte (1947).
Nacido en el seno de una prestigiosa familia de profesores y escritores, mostró desde muy temprana edad un acentuado interés hacia los temas humanísticos, lo que le llevó a cursar estudios de Leyes y licenciarse como jurista en la Universidad de El Salvador. Ejerció después, durante algunos años, la docencia, actividad que enseguida empezó a compaginar con su tenaz dedicación al cultivo de la literatura. Muy bien relacionado en los círculos culturales de su país, pronto comenzó a publicar sus primeros artículos y relatos en los principales medios de comunicación salvadoreños, entre los que destacan las revistas Cuscatlania (1919), Atlacatl(1921) Lumen (1926) y Cactus (1933), y el rotativo diario Queremos (1927). Esta importante presencia en la prensa salvadoreña le permitió asumir el cargo de Jefe de Redacción de El Gran Diario (1939), ocupación que pronto compaginó con un puesto de funcionario en el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.
Su primera narración extensa, una novela poemática titulada Trenes, vio la luz en Chile (Santiago: Editorial Ercilla, 1940). Posteriormente, mientras preparaba su famosa obra Hombres contra la muerte, se vio obligado a emigrar a México, país en el que apareció este magnífico relato centrado en las preocupaciones sociales de buena parte de los intelectuales centroamericanos de su tiempo. En 1948, el gobierno de su nación reconoció la valía de este escritor con un galardón oficial concedido a esta gran novela.
Tras varios años de silencio creativo, a mediados de la década de los años sesenta Miguel Ángel Espino se enfrascó en la redacción de una novela basada en la vida del cabecilla revolucionario salvadoreño Agustín Farabundo Martí; pero la muerte le sorprendió en la capital mejicana sin que hubiera podido dar fin a esta esperada narración, cuyo manuscrito inconcluso se conserva hoy en manos de sus familiares.