Respuesta:Dionisio era hijo de Zeus y la mortal Sémele, nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita. Con ciertos antecedentes es normal que este dios se convirtiera en el más proclive a los excesos, el liberador de las inhibiciones. La historia de Dionisio es complicada antes incluso de nacer. Zeus había seducido a Sémele que estaba embarazada.
Hera... martirizada como siempre , se apareció ante Sémele, haciéndose pasar por una viejecita y la hizo dudar de la condición de Zeus. Sémele pidió a su amante que se revelara con toda su gloria y aunque él se resistió, termino cediendo. El despliegue de rayos, truenos y vientos provocó la muerte de la pobre Sémele carbonizada. Sin embargo, Dionisio ejerció un poder maléfico sobre su tía y los que la rodeaban y terminó por enloquecer a media familia.
No deja de tener gracia que la diosa más racional del olimpo fuera Afrodita y naciese de la cabeza de su padre, y el más desenfrenado y sexual naciese de la pierna del mismo. También es interesante saber que mientras que el culto a Atenea era eminentemente masculino, el de Dionisio tenía un gran número de seguidoras femeninas. Dionisio exige a sus adoradores estar fuera de sí. No es un dios que cure, ni consuela, ni da riqueza, sólo promete una vida absolutamente extraordinaria.
Las bacantes eran mujeres que habían perdido la razón bajo la influencia de Dionisio y recorrían el mundo con él. Dionisio alejaba la parte racional de los humanos, necesitaba ser domesticado y amado de verdad de una forma que lo hiciera sentir pleno. Es aquí donde entra Ariadna, hija de Minos y Pasifae, hermanastra del Minotauro, al que ayudó a matar. Ella se había enamorado de Teseo, hijo del rey de Atenas.
Con este enamoramiento no tuvo nada que ver Dionisio, sino más bien Afrodita. Ariadna lo esperaba a la salida. Los atenienses y la hermosa Ariadna se embarcaron en el barco que los había llevado a la isla y se dirigieron a su tierra, pero antes agujerearon todos los barcos cretenses para evitar que los siguieran. Parecía que el amor era pleno entre ellos y Ariadna no se arrepentía de su traición, Teseo la cuidaba y hacía sentir bien y así fue hasta que llegaron a Naxos y bajaron a buscar agua y provisiones.
Allí Ariadna quedó dormida y Teseo la abandonó. Ella que además estaba embarazada de Teseo. Fue uno de esos días cuando Dionisio llegó con su séquito a la isla y se enamoró como no lo había hecho nunca. Se tumbó a su lado y la beso, la besó varias veces con delicadeza, quería ser lo primero que Ariadna viese al despertar, quería sentir que lo amaba, pero la mujer no despertó.
Dionisio se acomodó a su lado, en la playa, observando, durmiendo, sintiendo su calor, sin más. Esa relación fue madurando hasta que Ariadna comprendió que lo amaba y él se sintió colmado, sabiendo que por fin una persona no perdía la cabeza por el mero influjo de su presencia, sino porque le gustaba como era. Se fueron juntos de Naxos y la hizo su mujer, tuvieron varios hijos y él le fue fiel . Lo fue porque era la única que lo hacía feliz de pies a cabeza, porque no veía un dios, porque no enloquecía en su presencia, lo fue porque ella no tenía necesidad de él, sólo un amor incombustible y asentado.
Dionisio regaló a su esposa una diadema obra Hefesto y después la colocó entre las estrellas. Logró que la mortal dejara de serlo y que olvidase al ingrato e inconstante Teseo a su lado. Lo que no debía ser muy complicado ya que Dionisio era un dios extremadamente atractivo.
Respuesta:Dionisio era hijo de Zeus y la mortal Sémele, nieto de Harmonía y bisnieto de Afrodita. Con ciertos antecedentes es normal que este dios se convirtiera en el más proclive a los excesos, el liberador de las inhibiciones. La historia de Dionisio es complicada antes incluso de nacer. Zeus había seducido a Sémele que estaba embarazada.
Hera... martirizada como siempre , se apareció ante Sémele, haciéndose pasar por una viejecita y la hizo dudar de la condición de Zeus. Sémele pidió a su amante que se revelara con toda su gloria y aunque él se resistió, termino cediendo. El despliegue de rayos, truenos y vientos provocó la muerte de la pobre Sémele carbonizada. Sin embargo, Dionisio ejerció un poder maléfico sobre su tía y los que la rodeaban y terminó por enloquecer a media familia.
No deja de tener gracia que la diosa más racional del olimpo fuera Afrodita y naciese de la cabeza de su padre, y el más desenfrenado y sexual naciese de la pierna del mismo. También es interesante saber que mientras que el culto a Atenea era eminentemente masculino, el de Dionisio tenía un gran número de seguidoras femeninas. Dionisio exige a sus adoradores estar fuera de sí. No es un dios que cure, ni consuela, ni da riqueza, sólo promete una vida absolutamente extraordinaria.
Las bacantes eran mujeres que habían perdido la razón bajo la influencia de Dionisio y recorrían el mundo con él. Dionisio alejaba la parte racional de los humanos, necesitaba ser domesticado y amado de verdad de una forma que lo hiciera sentir pleno. Es aquí donde entra Ariadna, hija de Minos y Pasifae, hermanastra del Minotauro, al que ayudó a matar. Ella se había enamorado de Teseo, hijo del rey de Atenas.
Con este enamoramiento no tuvo nada que ver Dionisio, sino más bien Afrodita. Ariadna lo esperaba a la salida. Los atenienses y la hermosa Ariadna se embarcaron en el barco que los había llevado a la isla y se dirigieron a su tierra, pero antes agujerearon todos los barcos cretenses para evitar que los siguieran. Parecía que el amor era pleno entre ellos y Ariadna no se arrepentía de su traición, Teseo la cuidaba y hacía sentir bien y así fue hasta que llegaron a Naxos y bajaron a buscar agua y provisiones.
Allí Ariadna quedó dormida y Teseo la abandonó. Ella que además estaba embarazada de Teseo. Fue uno de esos días cuando Dionisio llegó con su séquito a la isla y se enamoró como no lo había hecho nunca. Se tumbó a su lado y la beso, la besó varias veces con delicadeza, quería ser lo primero que Ariadna viese al despertar, quería sentir que lo amaba, pero la mujer no despertó.
Dionisio se acomodó a su lado, en la playa, observando, durmiendo, sintiendo su calor, sin más. Esa relación fue madurando hasta que Ariadna comprendió que lo amaba y él se sintió colmado, sabiendo que por fin una persona no perdía la cabeza por el mero influjo de su presencia, sino porque le gustaba como era. Se fueron juntos de Naxos y la hizo su mujer, tuvieron varios hijos y él le fue fiel . Lo fue porque era la única que lo hacía feliz de pies a cabeza, porque no veía un dios, porque no enloquecía en su presencia, lo fue porque ella no tenía necesidad de él, sólo un amor incombustible y asentado.
Dionisio regaló a su esposa una diadema obra Hefesto y después la colocó entre las estrellas. Logró que la mortal dejara de serlo y que olvidase al ingrato e inconstante Teseo a su lado. Lo que no debía ser muy complicado ya que Dionisio era un dios extremadamente atractivo.