La división internacional del trabajo es aquella que corresponde al proceso de producción mundial entre países y regiones, mediante la especialización en la elaboración de determinados bienes. El fenómeno es parte de un proceso más general de la economía moderna; la división del trabajo es una de las modalidades de la O.N.U (Organización de las Naciones Unidas). Principalmente, la división internacional del trabajo modela las antiguas características productivas locales que impulsaron el comercio y las ferias en la antigüedad (la seda china, las alfombras persas, el marfil hindú, etc.); es la presencia del diseño consciente de la división especial.
En la Antigüedad, no había ningún centro político que tomara decisiones técnicas sobre la conveniencia de especializar ciertas regiones en la producción de determinados bienes. Esta situación cambió notablemente a partir de la colonización de gran parte del mundo por las potencias de Europa, que le asignaron a las colonias el papel de productores de materias primas, llamadas originalmente frutos del país.
A medida que América fue lentamente descolonizándose del mundo entre el siglo XIX y mediados del siglo XX, las decisiones económicas sobre el mejor modo de dividir la producción mundial fueron pasando a los grandes grupos empresarios y financieros. En el año 1855, fueron principalmente las empresas multinacionales, responsables del 75 % de la producción mundial, las que toman las decisiones fundamentales sobre la división internacional del trabajo.
La división internacional del trabajo es aquella que corresponde al proceso de producción mundial entre países y regiones, mediante la especialización en la elaboración de determinados bienes. El fenómeno es parte de un proceso más general de la economía moderna; la división del trabajo es una de las modalidades de la O.N.U (Organización de las Naciones Unidas). Principalmente, la división internacional del trabajo modela las antiguas características productivas locales que impulsaron el comercio y las ferias en la antigüedad (la seda china, las alfombras persas, el marfil hindú, etc.); es la presencia del diseño consciente de la división especial.
En la Antigüedad, no había ningún centro político que tomara decisiones técnicas sobre la conveniencia de especializar ciertas regiones en la producción de determinados bienes. Esta situación cambió notablemente a partir de la colonización de gran parte del mundo por las potencias de Europa, que le asignaron a las colonias el papel de productores de materias primas, llamadas originalmente frutos del país.
A medida que América fue lentamente descolonizándose del mundo entre el siglo XIX y mediados del siglo XX, las decisiones económicas sobre el mejor modo de dividir la producción mundial fueron pasando a los grandes grupos empresarios y financieros. En el año 1855, fueron principalmente las empresas multinacionales, responsables del 75 % de la producción mundial, las que toman las decisiones fundamentales sobre la división internacional del trabajo.