Vivimos en un mundo donde la tecnología marca el ritmo del progreso y las pautas de vida. En otras palabras, vivimos en un mundo modelado por la tecnología; y en el concepto de tecnología están implícitos los de la ciencia y la técnica. Estas tres palabras clave, ciencia, técnica y tecnología, están vinculadas a actividades específicas del hombre y ligadas indisolublemente al desarrollo de la civilización.
Trataremos de aclarar los conceptos de estos tres términos, que abarcan tanto la actividad (investigación, desarrollo, ejecución) como el producto resultante (conocimientos, bienes, servicios), y que son consecuencia de respuestas a inquietudes y necesidades del hombre.
Frente al mundo natural, el hombre siente el deseo o la necesidad de conocerlo para sentirse más tranquilo y no como flotando a la deriva, y de actuar sobre el mismo, tratando de adaptarlo a sus requerimientos para hacer su vida más confortable y segura. Como consecuencia, el hombre se plantea por un lado, conocer y comprender la naturaleza y sus fenómenos asociados, y por el otro, controlarla y modificarla, o al menos transformar el entorno
que lo rodea. Esto significa que para el hombre el mundo es objeto de indagación y de acción.
Teniendo en cuenta esto, podemos hablar de dos grandes campos vinculados al quehacer humano, muy ligados entre sí pero substancialmente diferentes: el campo de la ciencia (la indagación) y el campo de la técnica y la tecnología (la acción).
Vivimos en un mundo donde la tecnología marca el ritmo del progreso y las pautas de vida. En otras palabras, vivimos en un mundo modelado por la tecnología; y en el concepto de tecnología están implícitos los de la ciencia y la técnica. Estas tres palabras clave, ciencia, técnica y tecnología, están vinculadas a actividades específicas del hombre y ligadas indisolublemente al desarrollo de la civilización.
Trataremos de aclarar los conceptos de estos tres términos, que abarcan tanto la actividad (investigación, desarrollo, ejecución) como el producto resultante (conocimientos, bienes, servicios), y que son consecuencia de respuestas a inquietudes y necesidades del hombre.
Frente al mundo natural, el hombre siente el deseo o la necesidad de conocerlo para sentirse más tranquilo y no como flotando a la deriva, y de actuar sobre el mismo, tratando de adaptarlo a sus requerimientos para hacer su vida más confortable y segura. Como consecuencia, el hombre se plantea por un lado, conocer y comprender la naturaleza y sus fenómenos asociados, y por el otro, controlarla y modificarla, o al menos transformar el entorno
que lo rodea. Esto significa que para el hombre el mundo es objeto de indagación y de acción.
Teniendo en cuenta esto, podemos hablar de dos grandes campos vinculados al quehacer humano, muy ligados entre sí pero substancialmente diferentes: el campo de la ciencia (la indagación) y el campo de la técnica y la tecnología (la acción).