...Recuerdos de niñez y de mocedad..
.........) El Coco es un personaje extranatural que ha tenido y tiene en la evolución íntima del espíritu humano mucha mayor parte de lo que se cree. Las sacerdotisas o vestales de su culto son las nodrizas y las niñeras. El Coco es el Espíritu de las Tinieblas, por la que tiene sus invisibles tentáculos restañando las lágrimas del niño. Es terrible, porque amenaza siempre y nunca pega; hace como aquello que cantábamos en un juego; jamagar y no dar! Y esto es terrible. Cuando desaparece bajo toda forma y todo nombre, aún queda su aliento, la sombra que le rodea, y desde el más recóndito hondón de la conciencia agita a esta. El niño aborrece y le teme a la oscuridad, que las nodrizas, para poder gobernarlo, han poblado de seres tenebrosos. En lo oscuro, puede el niño tropezar y caer, rompiéndose la cabeza; la oscuridad lleva consigo todas las tristezas de la ceguera. El cuarto oscuro es el infierno poblado por la fantasía con toda clase de cocos. En él, el niño se tapa los ojos y se vuelve contra la pared para que el Coco no lo vea. Y ni aun asi deja el niño de verle, es decir, ni aún así deja el Coco de ver el niño. Más claro ve cuanto más oscuro está. Análogos del Coco eran para mí el papau y la marmota. (...) Más tarde el cuarto oscuro se convirtió en el infiemo, y del Coco surgieron el Demonio y Dios.
.........) El Coco es un personaje extranatural que ha tenido y tiene en la evolución íntima del espíritu humano mucha mayor parte de lo que se cree. Las sacerdotisas o vestales de su culto son las nodrizas y las niñeras. El Coco es el Espíritu de las Tinieblas, por la que tiene sus invisibles tentáculos restañando las lágrimas del niño. Es terrible, porque amenaza siempre y nunca pega; hace como aquello que cantábamos en un juego; jamagar y no dar! Y esto es terrible. Cuando desaparece bajo toda forma y todo nombre, aún queda su aliento, la sombra que le rodea, y desde el más recóndito hondón de la conciencia agita a esta. El niño aborrece y le teme a la oscuridad, que las nodrizas, para poder gobernarlo, han poblado de seres tenebrosos. En lo oscuro, puede el niño tropezar y caer, rompiéndose la cabeza; la oscuridad lleva consigo todas las tristezas de la ceguera. El cuarto oscuro es el infierno poblado por la fantasía con toda clase de cocos. En él, el niño se tapa los ojos y se vuelve contra la pared para que el Coco no lo vea. Y ni aun asi deja el niño de verle, es decir, ni aún así deja el Coco de ver el niño. Más claro ve cuanto más oscuro está. Análogos del Coco eran para mí el papau y la marmota. (...) Más tarde el cuarto oscuro se convirtió en el infiemo, y del Coco surgieron el Demonio y Dios.
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