Se ha creado una nueva página con contenidos actualizados, que encontrarán aquí.
El sistema mundial de protección de las personas refugiadas está inservible. Es evidente en todas partes, desde Australia hasta los enormes campos de acogida de Sudán del Sur, pasando por las frías calles de Estambul o los muros fuertemente fortificados de la Unión Europea.
En todo el mundo, 19,5 millones de personas se han visto obligadas a buscar refugio fuera de su país. Los gobiernos tienen el deber de ayudarlas. Pero los países más ricos siguen tratando a las personas refugiadas como si fueran un problema de otros.
Escondidos tras sus fronteras cerradas y temerosos de verse “inundados”, permiten por conveniencia que otros países más pobres, principalmente de Oriente Medio, África y el sur de Asia, acojan a un increíble 86 por ciento de todas las personas refugiadas.
Además, haciendo caso omiso de la mayoría de las peticiones de ayuda humanitaria, dejan a los organismos de la ONU tan en bancarrota que ni siquiera pueden ya proporcionar alimentación suficiente a muchas personas refugiadas.
Esta situación tiene que cambiar ya. Amnistía presenta ocho soluciones para que los líderes mundiales, en particular los países más ricos, puedan comenzar a atajar juntos esta ingente crisis humanitaria
Respuesta:
Un sistema inservible
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El sistema mundial de protección de las personas refugiadas está inservible. Es evidente en todas partes, desde Australia hasta los enormes campos de acogida de Sudán del Sur, pasando por las frías calles de Estambul o los muros fuertemente fortificados de la Unión Europea.
En todo el mundo, 19,5 millones de personas se han visto obligadas a buscar refugio fuera de su país. Los gobiernos tienen el deber de ayudarlas. Pero los países más ricos siguen tratando a las personas refugiadas como si fueran un problema de otros.
Escondidos tras sus fronteras cerradas y temerosos de verse “inundados”, permiten por conveniencia que otros países más pobres, principalmente de Oriente Medio, África y el sur de Asia, acojan a un increíble 86 por ciento de todas las personas refugiadas.
Además, haciendo caso omiso de la mayoría de las peticiones de ayuda humanitaria, dejan a los organismos de la ONU tan en bancarrota que ni siquiera pueden ya proporcionar alimentación suficiente a muchas personas refugiadas.
Esta situación tiene que cambiar ya. Amnistía presenta ocho soluciones para que los líderes mundiales, en particular los países más ricos, puedan comenzar a atajar juntos esta ingente crisis humanitaria
Explicación: