La Tercera República Francesa (en francés Troisième République française) fue el régimen republicano en vigor en Francia de 1870 a 1940. Fue el primer régimen francés duradero desde la caída del Antiguo Régimen en 1789. En efecto, Francia había experimentado, en ochenta años, siete regímenes políticos: tres monarquías constitucionales, dos repúblicas efímeras (durante doce y cuatro años respectivamente) y dos imperios. Estas dificultades contribuyen a explicar la indecisión de la Asamblea Nacional, la cual demoró nueve años, de 1870 a 1879, para renunciar a la monarquía y proponer una tercera constitución republicana.
Formando una Constitución de compromiso, las leyes constitucionales de 1875 establecieron una república parlamentaria de tipo bicameral. Marcados por el golpe de Estado de 1851, dirigido por su primer presidente electo, los republicanos acordaron en la práctica al presidente un rol meramente representativo. La Tercera República constituyó lo que Philip Nord llamó «el momento republicano», es decir: un periodo marcado por una fuerte identidad democrática, que las leyes sobre la educación, la laicidad, los derechos de huelga, de asociación y de reunión ilustran.
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Explicación:
La Tercera República Francesa (en francés Troisième République française) fue el régimen republicano en vigor en Francia de 1870 a 1940. Fue el primer régimen francés duradero desde la caída del Antiguo Régimen en 1789. En efecto, Francia había experimentado, en ochenta años, siete regímenes políticos: tres monarquías constitucionales, dos repúblicas efímeras (durante doce y cuatro años respectivamente) y dos imperios. Estas dificultades contribuyen a explicar la indecisión de la Asamblea Nacional, la cual demoró nueve años, de 1870 a 1879, para renunciar a la monarquía y proponer una tercera constitución republicana.
Formando una Constitución de compromiso, las leyes constitucionales de 1875 establecieron una república parlamentaria de tipo bicameral. Marcados por el golpe de Estado de 1851, dirigido por su primer presidente electo, los republicanos acordaron en la práctica al presidente un rol meramente representativo. La Tercera República constituyó lo que Philip Nord llamó «el momento republicano», es decir: un periodo marcado por una fuerte identidad democrática, que las leyes sobre la educación, la laicidad, los derechos de huelga, de asociación y de reunión ilustran.