Las comunidades de hombres en el Paleolítico se caracterizaban por reconocer a la naturaleza como su medio de supervivencia, utilizándola, pero sin someterla a grandes transformaciones. En el Neolítico se produce un cambio en esta forma de vida. Junto con la domesticación de animales aparece la agricultura, la cual es la base para la vida sedentaria, ya que al sembrar, la comunidad tenía que esperar la cosecha. En esta espera se producen espacios de ocio, lo que condujo a la observación del mundo que los rodeaba y al descubrimiento y utilización de elementos que la naturaleza entregaba. Junto con esto, el hombre comienza a dominar y a transformar estos elementos y es éste, precisamente, el factor que marca la diferencia entre las dos épocas.
Estos hombres, de acuerdo a los deshielos se fueron estableciendo en diferentes lugares, lo que explica la diversidad de evoluciones a lo largo del globo.
Cerca del 2000 a.c los fenicios dominaban el mediterráneo, comercializando con oriente y con parte de la naciente Europa. El imperio hitita se ubicaba en la península de Anatolia. Nombramos a estos dos pueblos por la importancia que tuvieron al dar a Europa las herramientas necesarias para emprender una revolución cultural que marcaría su propia identidad. Estos pueblos hicieron posible que Europa conociera el uso del metal y con esto dar un gran paso.
La Edad de Bronce define un periodo prehistórico iniciado en el V milenio a.c. en Asia menor, desde dónde se extendió hasta el resto del continente, Europa y Egipto. La metalurgia del bronce coincide con el desarrollo de una sociedad cada vez más estratificada basada fundamentalmente en poblados agrícolas.
El bronce aparece alrededor del año 3500 en Mesopotamia como resultado de la aleación entre el cobre y el estaño. Con la aparición de esta nueva técnica aparece también un afán por la búsqueda de estaño, lo que origina la llegada de los pueblos mediterráneos alrededor del año 2000 al noroeste de la Península Ibérica.
Estas gentes debieron de llegar a la península en varias oleadas, trayendo consigo nuevas técnicas para el cultivo de los campos, nuevas ideas sobre la organización social y lo más importante, la metalurgia.
Las primeras oleadas llegaron en la denominada primera edad del cobre. Los pueblos pertenecientes a ella han dejado una importante cantidad de testimonios entre los cuales destacan sus grandes monumentos funerarios con una característica común: el rito del enterramiento colectivo. Utilizaban distintas clases de sepulcro: el dolmen (cámara circular o poligonal.), el sepulcro de galería (de planta longitudinal) y el sepulcro de corredor (una simbiosis de los anteriores con pasillo y cámara bien diferenciados).
espero que te ayude de algo :)
Las comunidades de hombres en el Paleolítico se caracterizaban por reconocer a la naturaleza como su medio de supervivencia, utilizándola, pero sin someterla a grandes transformaciones. En el Neolítico se produce un cambio en esta forma de vida. Junto con la domesticación de animales aparece la agricultura, la cual es la base para la vida sedentaria, ya que al sembrar, la comunidad tenía que esperar la cosecha. En esta espera se producen espacios de ocio, lo que condujo a la observación del mundo que los rodeaba y al descubrimiento y utilización de elementos que la naturaleza entregaba. Junto con esto, el hombre comienza a dominar y a transformar estos elementos y es éste, precisamente, el factor que marca la diferencia entre las dos épocas.
Estos hombres, de acuerdo a los deshielos se fueron estableciendo en diferentes lugares, lo que explica la diversidad de evoluciones a lo largo del globo.
Cerca del 2000 a.c los fenicios dominaban el mediterráneo, comercializando con oriente y con parte de la naciente Europa. El imperio hitita se ubicaba en la península de Anatolia. Nombramos a estos dos pueblos por la importancia que tuvieron al dar a Europa las herramientas necesarias para emprender una revolución cultural que marcaría su propia identidad. Estos pueblos hicieron posible que Europa conociera el uso del metal y con esto dar un gran paso.
La Edad de Bronce define un periodo prehistórico iniciado en el V milenio a.c. en Asia menor, desde dónde se extendió hasta el resto del continente, Europa y Egipto. La metalurgia del bronce coincide con el desarrollo de una sociedad cada vez más estratificada basada fundamentalmente en poblados agrícolas.
El bronce aparece alrededor del año 3500 en Mesopotamia como resultado de la aleación entre el cobre y el estaño. Con la aparición de esta nueva técnica aparece también un afán por la búsqueda de estaño, lo que origina la llegada de los pueblos mediterráneos alrededor del año 2000 al noroeste de la Península Ibérica.
Estas gentes debieron de llegar a la península en varias oleadas, trayendo consigo nuevas técnicas para el cultivo de los campos, nuevas ideas sobre la organización social y lo más importante, la metalurgia.
Las primeras oleadas llegaron en la denominada primera edad del cobre. Los pueblos pertenecientes a ella han dejado una importante cantidad de testimonios entre los cuales destacan sus grandes monumentos funerarios con una característica común: el rito del enterramiento colectivo. Utilizaban distintas clases de sepulcro: el dolmen (cámara circular o poligonal.), el sepulcro de galería (de planta longitudinal) y el sepulcro de corredor (una simbiosis de los anteriores con pasillo y cámara bien diferenciados).