Fomentar un espacio democrático. Los diferentes puntos de vista deben ser expuestos y escuchados con respeto, en condiciones que mutuamente puedan aceptarse como justas.
Abordar el diálogo con la mente abierta, con la disposición a aprender algo del otro u otra, y a entender otra perspectiva. Asumir de inmediato una postura argumentativa obstaculiza la comprensión intercultural.
Considerar las asimetrías de poder y tratar de contrarrestarlas para que las condiciones del diálogo sean lo más justas posible.
Rechazar la visión esencialista de las culturas y no usar estereotipos para referirse al otro u otra.
Cuestionarse y tomar distancia de sus concepciones etnocentristas y relativizar sus propios valores culturales.
No tener restricciones temáticas. Si las hay, tienen que estar acordadas entre todos los participantes porque si un solo un grupo se niega a abordar un tema específico y el otro insiste en tocarlo, es imposible tener un diálogo equitativo. La misma idea de diálogo intercultural sugiere que temas controvertidos deben ser atendidos para no permanecer a un nivel superficial y sí generar un intercambio significativo.
Compartir el espacio, sea físico o virtual, para que ningún grupo se encuentre en el centro del diálogo.
Ser flexible y tener la capacidad de adaptarse a las circunstancias, redefinir reglas y objetivos en función de las condiciones, ya que el reconocimiento de la igualdad entre todos los interlocutores implica que no se pueda predecir desde el comienzo el desenlace del diálogo.
Explicación:
Fomentar un espacio democrático. Los diferentes puntos de vista deben ser expuestos y escuchados con respeto, en condiciones que mutuamente puedan aceptarse como justas.
Abordar el diálogo con la mente abierta, con la disposición a aprender algo del otro u otra, y a entender otra perspectiva. Asumir de inmediato una postura argumentativa obstaculiza la comprensión intercultural.
Considerar las asimetrías de poder y tratar de contrarrestarlas para que las condiciones del diálogo sean lo más justas posible.
Rechazar la visión esencialista de las culturas y no usar estereotipos para referirse al otro u otra.
Cuestionarse y tomar distancia de sus concepciones etnocentristas y relativizar sus propios valores culturales.
No tener restricciones temáticas. Si las hay, tienen que estar acordadas entre todos los participantes porque si un solo un grupo se niega a abordar un tema específico y el otro insiste en tocarlo, es imposible tener un diálogo equitativo. La misma idea de diálogo intercultural sugiere que temas controvertidos deben ser atendidos para no permanecer a un nivel superficial y sí generar un intercambio significativo.
Compartir el espacio, sea físico o virtual, para que ningún grupo se encuentre en el centro del diálogo.
Ser flexible y tener la capacidad de adaptarse a las circunstancias, redefinir reglas y objetivos en función de las condiciones, ya que el reconocimiento de la igualdad entre todos los interlocutores implica que no se pueda predecir desde el comienzo el desenlace del diálogo.
Respuesta:
si lo de ariba esta muy bien soy nuevo y no como aser