Moléculas discretas. Presentan un número definido de átomos, ya sean de iguales elementos o de distintos elementos químicos. Pueden clasificarse, a su vez, según la cantidad de átomos distintos que componen su estructura: moléculas monoatómicas (un mismo tipo de átomo), moléculas diatómicas (dos tipos de átomos), moléculas triatómicas (tres tipos de átomos), moléculas tetraatómicas (cuatro tipos de átomos), etc.
Macromoléculas o polímeros. Se llama así a las cadenas moleculares de gran tamaño. Están compuestas por piezas más simples, que se unen entre sí para lograr secuencias extensas y que adquieran propiedades nuevas y específicas. Los plásticos, por ejemplo, son un material compuesto a partir de macromoléculas orgánicas.
La polaridad es una propiedad que tienen las moléculas y está estrechamente relacionada con las separación de cargas eléctricas que tiene o que se genera dentro de cada molécula. Esta propiedad influye en la solubilidad, pues sustancias polares disuelven sustancias polares y sustancias apolares disuelven solo sustancias apolares, aunque siempre existen situaciones intermedias. Los puntos de fusión y ebullición, e incluso los estados de agregación, también están afectados por la polaridad. Por tanto, las moléculas se pueden clasificar también según su polaridad en:
Moléculas polares. Son aquellas formadas por átomos con electronegatividad diferente, es decir, que el átomo con mayor electronegatividad atrae hacia sí mismo y con mayor fuerza a los electrones del enlace, por lo que queda una densidad de carga negativa alrededor de él. Por el contrario, quedará una densidad de carga positiva sobre el átomo menos electronegativo. Este proceso llevará finalmente a la formación de un dipolo, que es un sistema de dos cargas de signo opuesto e igual magnitud.
Moléculas apolares. Son aquellas cuyos átomos poseen idéntica electronegatividad, es decir, no presentan desigualdad respecto a la atracción de los electrones y conservan una carga neutra en situación ordinaria.
La simetría de una molécula (la posición que ocupa cada uno de sus átomos en su estructura) también puede influir en la determinación de si una molécula es polar o apolar. Existen moléculas compuestas por átomos de electronegatividad distinta, pero que de igual manera son apolares, pues cuando se suman las densidades de carga de varias partes de la molécula, se anulan estas cargas, y la molécula queda finalmente con carga neutra, es decir, sin carga eléctrica.

Diferencias entre átomo y molécula
Los átomos son partículas mucho más pequeñas y sencillas que las moléculas.
Las moléculas están formadas por átomos unidos entre sí por enlaces químicos, por tanto, los átomos son partículas más pequeñas que las moléculas. De hecho, la mayoría de las moléculas puede someterse a procedimientos de ruptura o lisis de sus enlaces químicos, transformándose a moléculas más simples, o a elementos químicos puros, es decir, átomos.
Molécula de agua
La molécula de agua se compone por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
Una molécula de agua contiene únicamente dos elementos: un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno (H2O) enlazados covalentemente. Esto se descubrió en 1782 gracias al químico Henry Cavendish, pues desde épocas antiguas el agua se pensaba como un elemento.
El agua tiene una estructura no lineal. Sus dos átomos de hidrógeno se encuentran enlazados al átomo de oxígeno y forman un ángulo de 104.5º entre sí. Esta distribución de sus átomos, sumado al alto valor de electronegatividad del átomo de oxígeno, genera la formación de un dipolo eléctrico que determina la polaridad del agua. Por lo tanto, el agua es una molécula polar.
El agua es considerada como el solvente universal, ya que casi todas las sustancias pueden disolverse en ella. Las sustancias solubles en agua son polares y llamadas hidrófilas. Las sustancias no polares (apolares), como el aceite o la gasolina, son llamadas hidrófobas y no se disuelven en agua.
La molécula del agua, sumamente abundante en nuestro planeta, forma también parte de numerosas sustancias orgánicas y de los cuerpos de los animales y las plantas.
Referencias:
«Ciencias aplicadas a la actividad profesional 4º ESO» por Vaquerizo, Dulce María Andrés, Editex (2016). ISBN 9788490788097.
«Estructura atómica y enlace químico» por Jaime Casabó Gispert, Reverté (1996). ISBN 978-84-291-7189-1
Moléculas discretas. Presentan un número definido de átomos, ya sean de iguales elementos o de distintos elementos químicos. Pueden clasificarse, a su vez, según la cantidad de átomos distintos que componen su estructura: moléculas monoatómicas (un mismo tipo de átomo), moléculas diatómicas (dos tipos de átomos), moléculas triatómicas (tres tipos de átomos), moléculas tetraatómicas (cuatro tipos de átomos), etc.
Macromoléculas o polímeros. Se llama así a las cadenas moleculares de gran tamaño. Están compuestas por piezas más simples, que se unen entre sí para lograr secuencias extensas y que adquieran propiedades nuevas y específicas. Los plásticos, por ejemplo, son un material compuesto a partir de macromoléculas orgánicas.
La polaridad es una propiedad que tienen las moléculas y está estrechamente relacionada con las separación de cargas eléctricas que tiene o que se genera dentro de cada molécula. Esta propiedad influye en la solubilidad, pues sustancias polares disuelven sustancias polares y sustancias apolares disuelven solo sustancias apolares, aunque siempre existen situaciones intermedias. Los puntos de fusión y ebullición, e incluso los estados de agregación, también están afectados por la polaridad. Por tanto, las moléculas se pueden clasificar también según su polaridad en:
Moléculas polares. Son aquellas formadas por átomos con electronegatividad diferente, es decir, que el átomo con mayor electronegatividad atrae hacia sí mismo y con mayor fuerza a los electrones del enlace, por lo que queda una densidad de carga negativa alrededor de él. Por el contrario, quedará una densidad de carga positiva sobre el átomo menos electronegativo. Este proceso llevará finalmente a la formación de un dipolo, que es un sistema de dos cargas de signo opuesto e igual magnitud.
Moléculas apolares. Son aquellas cuyos átomos poseen idéntica electronegatividad, es decir, no presentan desigualdad respecto a la atracción de los electrones y conservan una carga neutra en situación ordinaria.
La simetría de una molécula (la posición que ocupa cada uno de sus átomos en su estructura) también puede influir en la determinación de si una molécula es polar o apolar. Existen moléculas compuestas por átomos de electronegatividad distinta, pero que de igual manera son apolares, pues cuando se suman las densidades de carga de varias partes de la molécula, se anulan estas cargas, y la molécula queda finalmente con carga neutra, es decir, sin carga eléctrica.

Diferencias entre átomo y molécula
Los átomos son partículas mucho más pequeñas y sencillas que las moléculas.
Las moléculas están formadas por átomos unidos entre sí por enlaces químicos, por tanto, los átomos son partículas más pequeñas que las moléculas. De hecho, la mayoría de las moléculas puede someterse a procedimientos de ruptura o lisis de sus enlaces químicos, transformándose a moléculas más simples, o a elementos químicos puros, es decir, átomos.
Molécula de agua
La molécula de agua se compone por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
Una molécula de agua contiene únicamente dos elementos: un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno (H2O) enlazados covalentemente. Esto se descubrió en 1782 gracias al químico Henry Cavendish, pues desde épocas antiguas el agua se pensaba como un elemento.
El agua tiene una estructura no lineal. Sus dos átomos de hidrógeno se encuentran enlazados al átomo de oxígeno y forman un ángulo de 104.5º entre sí. Esta distribución de sus átomos, sumado al alto valor de electronegatividad del átomo de oxígeno, genera la formación de un dipolo eléctrico que determina la polaridad del agua. Por lo tanto, el agua es una molécula polar.
El agua es considerada como el solvente universal, ya que casi todas las sustancias pueden disolverse en ella. Las sustancias solubles en agua son polares y llamadas hidrófilas. Las sustancias no polares (apolares), como el aceite o la gasolina, son llamadas hidrófobas y no se disuelven en agua.
La molécula del agua, sumamente abundante en nuestro planeta, forma también parte de numerosas sustancias orgánicas y de los cuerpos de los animales y las plantas.
Referencias:
«Ciencias aplicadas a la actividad profesional 4º ESO» por Vaquerizo, Dulce María Andrés, Editex (2016). ISBN 9788490788097.
«Estructura atómica y enlace químico» por Jaime Casabó Gispert, Reverté (1996). ISBN 978-84-291-7189-1
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