Dejemos esto claro: la Edad Media es un período de extensión desmesurada. Por eso, el historiador francés Jacques Le Goff la definía como un “monstruo cronológico”. Según la convención arraigada entre los historiadores, abarca desde el hundimiento del Imperio romano en el año 476 d. C. hasta la caída de Constantinopla en 1453.
o
Desde la caída de Roma en manos de los godos (476 d.C.) y hasta el siglo XV, en el mundo occidental, la superstición impidió la realización de estudios serios de anatomía y patología quirúrgica. Prevalecía el concepto de Galeno del "laudable pus", encontrar una sustancia milagrosa para prevenir la infección e inducir la curación. Su dogmatismo perduró durante siglos al amparo del oscurantismo en que se vio sumido el mundo occidental tras la caída del Imperio Romano.
Dejemos esto claro: la Edad Media es un período de extensión desmesurada. Por eso, el historiador francés Jacques Le Goff la definía como un “monstruo cronológico”. Según la convención arraigada entre los historiadores, abarca desde el hundimiento del Imperio romano en el año 476 d. C. hasta la caída de Constantinopla en 1453.
o
Desde la caída de Roma en manos de los godos (476 d.C.) y hasta el siglo XV, en el mundo occidental, la superstición impidió la realización de estudios serios de anatomía y patología quirúrgica. Prevalecía el concepto de Galeno del "laudable pus", encontrar una sustancia milagrosa para prevenir la infección e inducir la curación. Su dogmatismo perduró durante siglos al amparo del oscurantismo en que se vio sumido el mundo occidental tras la caída del Imperio Romano.