La población infantil ha sido la principal víctima del conflicto armado en Colombia. Según la Fundación Plan, la guerra ha dejado 2.300.000 niños y adolescentes víctimas. Para la Unidad de Víctimas la cifra asciende a 2.500.000. Por su parte, el ICBF ha atendido desde 1999 hasta 2016 alrededor de 6.000 menores que han sobrevivido al reclutamiento forzado de los grupos armados. De ellos, se calcula que el 60% salieron de las Farc.
Otros indicadores de la Defensoría del Pueblo señalan que, al parecer, entre los grupos guerrilleros, paramilitares y de organizaciones dedicadas al narcotráfico aún hay reclutados más 10.000 niños y adolescentes. Estos menores, en su mayoría, nacieron en los departamentos de Antioquia, Caquetá, Meta, Cauca y Tolima.
Paranoia, retroceso en el aprendizaje, temor a bañarse o vestirse solo, juegos violentos, incontinencia, insomnio, pesadillas, apatía y agresividad, son las principales manifestaciones que presentan los menores afectados por la violencia. Para Nira Kaplansky, experta en trauma y resiliencia de niños víctimas del conflicto armado palestino – israelí, entre el 85 y el 90% de los pequeños suelen sufrir una o dos de estas reacciones y entre el 10 y el 15% más de tres.
En este panorama, según un estudio del ICBF, elaborado en conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Unicef y la Embajada de Suecia los más afectados son menores que están entre los 13 y 18 años. La investigación, en la que se consultaron a 1.666 menores con edades entre los 8 y 18 años, revela que 521 víctimas directas del conflicto armado han sido niños y 457 niñas, con un nivel de escolaridad promedio de quinto de primaria.
Por tipo de exposición, los principales hechos victimizantes que encontró la investigación fueron: por desplazamiento 336 niños, desvinculados de los grupos ilegales 238, huérfanos 380, víctimas de minas antipersonal 20, víctimas por abuso sexual 9 y víctimas por secuestro 3.
Entre las principales afectaciones psicosociales que presentan los niños desvinculados de los grupos criminales, se destacan alteraciones del pensamiento, retraimiento, ansiedad y depresión, problemas de conducta, problemas sociales, problemas de atención y de concentración.
Respuesta:
La población infantil ha sido la principal víctima del conflicto armado en Colombia. Según la Fundación Plan, la guerra ha dejado 2.300.000 niños y adolescentes víctimas. Para la Unidad de Víctimas la cifra asciende a 2.500.000. Por su parte, el ICBF ha atendido desde 1999 hasta 2016 alrededor de 6.000 menores que han sobrevivido al reclutamiento forzado de los grupos armados. De ellos, se calcula que el 60% salieron de las Farc.
Otros indicadores de la Defensoría del Pueblo señalan que, al parecer, entre los grupos guerrilleros, paramilitares y de organizaciones dedicadas al narcotráfico aún hay reclutados más 10.000 niños y adolescentes. Estos menores, en su mayoría, nacieron en los departamentos de Antioquia, Caquetá, Meta, Cauca y Tolima.
Paranoia, retroceso en el aprendizaje, temor a bañarse o vestirse solo, juegos violentos, incontinencia, insomnio, pesadillas, apatía y agresividad, son las principales manifestaciones que presentan los menores afectados por la violencia. Para Nira Kaplansky, experta en trauma y resiliencia de niños víctimas del conflicto armado palestino – israelí, entre el 85 y el 90% de los pequeños suelen sufrir una o dos de estas reacciones y entre el 10 y el 15% más de tres.
En este panorama, según un estudio del ICBF, elaborado en conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Unicef y la Embajada de Suecia los más afectados son menores que están entre los 13 y 18 años. La investigación, en la que se consultaron a 1.666 menores con edades entre los 8 y 18 años, revela que 521 víctimas directas del conflicto armado han sido niños y 457 niñas, con un nivel de escolaridad promedio de quinto de primaria.
Por tipo de exposición, los principales hechos victimizantes que encontró la investigación fueron: por desplazamiento 336 niños, desvinculados de los grupos ilegales 238, huérfanos 380, víctimas de minas antipersonal 20, víctimas por abuso sexual 9 y víctimas por secuestro 3.
Entre las principales afectaciones psicosociales que presentan los niños desvinculados de los grupos criminales, se destacan alteraciones del pensamiento, retraimiento, ansiedad y depresión, problemas de conducta, problemas sociales, problemas de atención y de concentración.
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