La crisis de 1921 Después de la terrible crisis comercial y financiera de 1920-21, que obligó a renunciar al Presidente Marco Fidel Suárez, se llegó al convencimiento de que la causa de esa, y de las anteriores crisis colombianas desde 1886, residía en la carencia de un sistema administrativo y financiero. El Congreso resolvió, por una Ley de 1922, crear el Banco de la República y facultar al gobierno para traer una Misión de técnicos extranjeros que se le midiera al milagro de estructurar nuestra organización administrativa mediante el destierro perpetuo del satánico papel moneda, considerado el culpable principal de nuestras desgracias económicas.
Aunque, en su momento, el Presidente Marco Fidel Suárez cargó con la responsabilidad de la crisis de 1921, y no resistió el embate implacable de las presiones que exigían su renuncia --motivada por la crisis y no por el hecho inocuo de haber garantizado un préstamo con sus sueldos, según creen todavía muchos ingenuos-- es justo señalar que el presidente paria, como él mismo se califica, no tuvo la menor culpa en ese episodio, que encuadra en la curiosa categoría de crisis de prosperidad. Nicanor Restrepo sintetizó las razones que precipitaron la retorcida económica de 1921:
"a) Una guerra de casi cinco años que conmovió al globo entero y trajo ruinas, desigualdades y sorpresas nunca vistas" [la Primera Guerra Mundial, 1914-1918]
"b) Una alza de precios sin precedentes, seguida de una baja fatal".
"c) Una prosperidad súbita, como nos vino en 1919 y principios del 20. Llegó el oro de Estados Unidos por millones, se amonedó el del país, trabajando día y noche la casa de moneda. Sobraba el dinero y se invertía en negocios que dejaban siempre margen, sin reparar en precios, lo que hizo más grande el desequilibrio de ellos".
"d) Halagados con esta repentina prosperidad, el país todo se lanzó en especulaciones desatentadas. Surgieron compañías de aeroplanos; hoteles gigantes; alza de la propiedad raíz sin justificación; y, síntesis de todo, un abuso del crédito, en que no sabe uno que admirar más, si la audacia de los que contrajimos compromisos o la confianza de los que concedieron esos créditos ".
"e) El gran pedido, la mala administración en la Aduana, y otras causas, produjeron la demora de la carga en la Costa, por meses y hasta por años; no venía la mercancía; se cumplían los cortos plazos que da el exterior; llegaban los artículos cuando ya se tenía noticia de que valían la mitad o menos en los países de origen, y entonces hubo que dar a menosprecio y perder en proporciones enormes.
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svaalen12
En marzo de 1923, el presidente Pedro Nel Ospina contrató un grupo de expertos presidido por el profesor Edwin Walter Kemmerer, que más tarde se llamó la Misión Kemmerer. La primera actividad de esta misión fue el estudio de nuestra realidad económica mediante el contacto y discusión con cámaras de comercio, sociedades de agricultores y agentes oficiosos regionales. Luego, sin que se tratara de un trasplante de normas y organización vigentes en otras economías ni de innovación total, la misión condujo al ordenamiento de lo aprovechable en las leyes dictadas el año anterior, como base para la elaboración del estatuto orgánico de la entidad que iba a nacer
La crisis de 1921
Después de la terrible crisis comercial y financiera de 1920-21, que obligó a renunciar al Presidente Marco Fidel Suárez, se llegó al convencimiento de que la causa de esa, y de las anteriores crisis colombianas desde 1886, residía en la carencia de un sistema administrativo y financiero. El Congreso resolvió, por una Ley de 1922, crear el Banco de la República y facultar al gobierno para traer una Misión de técnicos extranjeros que se le midiera al milagro de estructurar nuestra organización administrativa mediante el destierro perpetuo del satánico papel moneda, considerado el culpable principal de nuestras desgracias económicas.
Aunque, en su momento, el Presidente Marco Fidel Suárez cargó con la responsabilidad de la crisis de 1921, y no resistió el embate implacable de las presiones que exigían su renuncia --motivada por la crisis y no por el hecho inocuo de haber garantizado un préstamo con sus sueldos, según creen todavía muchos ingenuos-- es justo señalar que el presidente paria, como él mismo se califica, no tuvo la menor culpa en ese episodio, que encuadra en la curiosa categoría de crisis de prosperidad. Nicanor Restrepo sintetizó las razones que precipitaron la retorcida económica de 1921:
"a) Una guerra de casi cinco años que conmovió al globo entero y trajo ruinas, desigualdades y sorpresas nunca vistas" [la Primera Guerra Mundial, 1914-1918]
"b) Una alza de precios sin precedentes, seguida de una baja fatal".
"c) Una prosperidad súbita, como nos vino en 1919 y principios del 20. Llegó el oro de Estados Unidos por millones, se amonedó el del país, trabajando día y noche la casa de moneda. Sobraba el dinero y se invertía en negocios que dejaban siempre margen, sin reparar en precios, lo que hizo más grande el desequilibrio de ellos".
"d) Halagados con esta repentina prosperidad, el país todo se lanzó en especulaciones desatentadas. Surgieron compañías de aeroplanos; hoteles gigantes; alza de la propiedad raíz sin justificación; y, síntesis de todo, un abuso del crédito, en que no sabe uno que admirar más, si la audacia de los que contrajimos compromisos o la confianza de los que concedieron esos créditos ".
"e) El gran pedido, la mala administración en la Aduana, y otras causas, produjeron la demora de la carga en la Costa, por meses y hasta por años; no venía la mercancía; se cumplían los cortos plazos que da el exterior; llegaban los artículos cuando ya se tenía noticia de que valían la mitad o menos en los países de origen, y entonces hubo que dar a menosprecio y perder en proporciones enormes.