A principios de 1793, el gobierno francés había decretado una leva forzosa de 300.000 hombres, pero un grupo de hombres reunidos para ser informados del proceso manifestaron su negativa a enrolarse. Las protestas se repitieron el 10 de marzo en diversas localidades, la misma fecha en la que la Convención nacional decretó la constitución de un Tribunal criminal extraordinario, más conocido como Tribunal revolucionario, que juzgaría sin posibilidad de apelación a todos los sospechosos de actuar contra la revolución. Como acusador público fue elegido Antoine Quentin Fouquier de Tinville, primo de Camille Desmoulins. En los departamentos se organizaron comités de vigilancia, que otorgaban cartas cívicas a los buenos ciudadanos, y hacían detener a los sospechosos de no ser tan buenos.
El 11 de marzo una multitud de unos 6.000 hombres dispersó en Machecoul a un centenar de guardias nacionales y se dedicó a matar y desvalijar a quienes tachaban de "patriotas", es decir, de quienes desempeñaban funciones públicas al servicio de la república. El 12 de marzo se produce una sublevación similar en Anjou, donde más de 600 hombres se reunieron y la guardia nacional disparó contra ellos matando a varias decenas y dispersando al resto, pero al día siguiente, el 13 de marzo, más de 300 hombres dirigidos por Jacques Cathelineau se dirigieron al castillo de Jallais tomando como escudos a algunos patriotas que habían capturado. En diez minutos tomaron el castillo y se hicieron con tres cañones, el más grande de los cuales fue bautizado como la Marie-Jeanne. El 15 de marzo Cathelineau llevó a 15.000 hombres y la Marijuana a la pequeña ciudad de Cholet. Un emisario exigió a los patriotas la rendición de la plaza, pero el comandante consideró que con sus 580 guardias nacionales podía hacer frente a 15.000 campesinos armados con hoces. Sin embargo, en unas horas los rebeldes saquearon la ciudad. En los días posteriores se llegaron a agrupar unos 35.000 rebeldes, que formaron un auténtico ejército vendeano (por la Vendée, que era el nombre de la región donde se estaban produciendo la mayoría de las revueltas). Los vendeanos se dirigieron contra Chalonnes-sur-Loire, donde los republicanos concentraron 4.000 hombres y cinco cañones. No obstante, los miembros del ayuntamiento decidieron rendir la ciudad. El paso siguiente que cabía esperar en los rebeldes era tomar Angers, pero los campesinos (que lo querían esencialmente era no ser soldados) decidieron disolverse y regresar a sus casas.
A principios de 1793, el gobierno francés había decretado una leva forzosa de 300.000 hombres, pero un grupo de hombres reunidos para ser informados del proceso manifestaron su negativa a enrolarse. Las protestas se repitieron el 10 de marzo en diversas localidades, la misma fecha en la que la Convención nacional decretó la constitución de un Tribunal criminal extraordinario, más conocido como Tribunal revolucionario, que juzgaría sin posibilidad de apelación a todos los sospechosos de actuar contra la revolución. Como acusador público fue elegido Antoine Quentin Fouquier de Tinville, primo de Camille Desmoulins. En los departamentos se organizaron comités de vigilancia, que otorgaban cartas cívicas a los buenos ciudadanos, y hacían detener a los sospechosos de no ser tan buenos.
El 11 de marzo una multitud de unos 6.000 hombres dispersó en Machecoul a un centenar de guardias nacionales y se dedicó a matar y desvalijar a quienes tachaban de "patriotas", es decir, de quienes desempeñaban funciones públicas al servicio de la república. El 12 de marzo se produce una sublevación similar en Anjou, donde más de 600 hombres se reunieron y la guardia nacional disparó contra ellos matando a varias decenas y dispersando al resto, pero al día siguiente, el 13 de marzo, más de 300 hombres dirigidos por Jacques Cathelineau se dirigieron al castillo de Jallais tomando como escudos a algunos patriotas que habían capturado. En diez minutos tomaron el castillo y se hicieron con tres cañones, el más grande de los cuales fue bautizado como la Marie-Jeanne. El 15 de marzo Cathelineau llevó a 15.000 hombres y la Marijuana a la pequeña ciudad de Cholet. Un emisario exigió a los patriotas la rendición de la plaza, pero el comandante consideró que con sus 580 guardias nacionales podía hacer frente a 15.000 campesinos armados con hoces. Sin embargo, en unas horas los rebeldes saquearon la ciudad. En los días posteriores se llegaron a agrupar unos 35.000 rebeldes, que formaron un auténtico ejército vendeano (por la Vendée, que era el nombre de la región donde se estaban produciendo la mayoría de las revueltas). Los vendeanos se dirigieron contra Chalonnes-sur-Loire, donde los republicanos concentraron 4.000 hombres y cinco cañones. No obstante, los miembros del ayuntamiento decidieron rendir la ciudad. El paso siguiente que cabía esperar en los rebeldes era tomar Angers, pero los campesinos (que lo querían esencialmente era no ser soldados) decidieron disolverse y regresar a sus casas.
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