Un mapa no es la realidad terreno, sino una representación de conocimiento estructurado sobre la distribución de los suelos en el paisaje.
Se trata de una aproximación a la realidad terreno, aproximación que será tanto más precisa, cuanto más alta haya sido la densidad de observaciones y más detallada sea la escala.
La representación cartográfica de los suelos de un territorio determinado constituye una visualización de las propiedades intrínsecas de los suelos y la delimitación de su ámbito concreto de distribución.
Un mapa no es la realidad terreno, sino una representación de conocimiento estructurado sobre la distribución de los suelos en el paisaje. Se trata de una aproximación a la realidad terreno, aproximación que será tanto más precisa, cuanto más alta haya sido la densidad de observaciones y más detallada sea la escala.
Un mapa no es la realidad terreno, sino una representación de conocimiento estructurado sobre la distribución de los suelos en el paisaje.
Se trata de una aproximación a la realidad terreno, aproximación que será tanto más precisa, cuanto más alta haya sido la densidad de observaciones y más detallada sea la escala.
La representación cartográfica de los suelos de un territorio determinado constituye una visualización de las propiedades intrínsecas de los suelos y la delimitación de su ámbito concreto de distribución.
Un mapa no es la realidad terreno, sino una representación de conocimiento estructurado sobre la distribución de los suelos en el paisaje. Se trata de una aproximación a la realidad terreno, aproximación que será tanto más precisa, cuanto más alta haya sido la densidad de observaciones y más detallada sea la escala.