A través del análisis de los textos menos estudiados de Clemente Palma y José María Vargas vila se puede encontrar evidencia de su búsqueda estética y temática, y especialmente de su respuesta iconoclasta ante el status quo de su tiempo y lugar, en el aparte dedicado a José María Vargas Vila, y especialmente a su novela Lirio negro, exploró las conexiones entre exilio y construcción de la nación. La obra de Vargas Vila muestra interesantes posibilidades de interpretación en lo relacionado con el estilo, pero aún más relevante es su creación de una interpretación ani-erótica, esto es, contraria a la de una nación ubérrima y feliz, encarnada en relaciones incestuosas y opuesta a los instintos de preservación y reproductividad propios del romanticismo.
Tradiciones comunes, especialmente la de la religión y el estado, pueden considerarse como modelos de construcción de la nación, un tema que exploro en mi lectura de Clemente Palma, escritor, decadente, hijo del autor de las Tradiciones peruanas, don Ricardo Palma. El quiere entre padre e hijo en cuentos malévolos y XYZ de Palma no es sólo generacional: en oposición a su padre, Clemente Palma imagina el futuro del continente como una idea infértil diluida en toda suerte de intercambios anormales de la sangre -incesto, "espectrofilia", bestialismo, "imagofilia"-. Palma imagina un futuro alejado del supuesto equilibrio de raza y clase que había sido defendido por las novelas realistas y románticas que le precedieron.
A través del análisis de los textos menos estudiados de Clemente Palma y José María Vargas vila se puede encontrar evidencia de su búsqueda estética y temática, y especialmente de su respuesta iconoclasta ante el status quo de su tiempo y lugar, en el aparte dedicado a José María Vargas Vila, y especialmente a su novela Lirio negro, exploró las conexiones entre exilio y construcción de la nación. La obra de Vargas Vila muestra interesantes posibilidades de interpretación en lo relacionado con el estilo, pero aún más relevante es su creación de una interpretación ani-erótica, esto es, contraria a la de una nación ubérrima y feliz, encarnada en relaciones incestuosas y opuesta a los instintos de preservación y reproductividad propios del romanticismo.
Tradiciones comunes, especialmente la de la religión y el estado, pueden considerarse como modelos de construcción de la nación, un tema que exploro en mi lectura de Clemente Palma, escritor, decadente, hijo del autor de las Tradiciones peruanas, don Ricardo Palma. El quiere entre padre e hijo en cuentos malévolos y XYZ de Palma no es sólo generacional: en oposición a su padre, Clemente Palma imagina el futuro del continente como una idea infértil diluida en toda suerte de intercambios anormales de la sangre -incesto, "espectrofilia", bestialismo, "imagofilia"-. Palma imagina un futuro alejado del supuesto equilibrio de raza y clase que había sido defendido por las novelas realistas y románticas que le precedieron.