La filosofía de la época helenística se caracteriza por la ausencia de grandes sistemas especulativos y el interés por problemas científicos concretos, el aumento de la erudición y la búsqueda de soluciones filosóficas que justifiquen la vida humana, ésta cobre sentido y encuentre su equilibrio, en resumen, por las que la persona sea feliz. Las grandes escuelas (escéptica, estoica, epicúrea y cínica) responden a estas características. Por otro lado, el contacto con pueblos orientales despierta el interés por la especulación místico-religiosa, de la que amplía el campo de difusión de las doctrinas helenísticas. A todo esto se une la irrupción del cristianismo, que, filosóficamente, intentará erigirse en continuador de la gran tradición griega.
La filosofía de la época helenística se caracteriza por la ausencia de grandes sistemas especulativos y el interés por problemas científicos concretos, el aumento de la erudición y la búsqueda de soluciones filosóficas que justifiquen la vida humana, ésta cobre sentido y encuentre su equilibrio, en resumen, por las que la persona sea feliz. Las grandes escuelas (escéptica, estoica, epicúrea y cínica) responden a estas características. Por otro lado, el contacto con pueblos orientales despierta el interés por la especulación místico-religiosa, de la que amplía el campo de difusión de las doctrinas helenísticas. A todo esto se une la irrupción del cristianismo, que, filosóficamente, intentará erigirse en continuador de la gran tradición griega.