brayansabe
La expresión "no obstante" que da título a esta exposición en Noé sirve para indicar que lo que se dice a continuación contradice lo antedicho, pero sin invalidar lo primero sintetiza el proceder del artista.
En la obra Mambo (1962) Noé utiliza el plano dividido para dar forma a su concepto de "visión quebrada", empezando por emplear el frente y reverso del bastidor hasta llevar a cabo, en su producción posterior, instalaciones de bastidores que fueron ocupando todo el espacio/sala.
Posteriormente y durante décadas Noé se relaciona con el espacio pictórico en sus dos dimensiones. Desde principios del siglo XXI, comienza a explorarlo primero en lo que él llama "dibu-pintura", una mixtura sin distinción entre disciplinas, una estética repleta de fuertes tensiones visuales entre planos de color, intrincada en los detalles y complejidades rítmicas. En la última parte de este período, Noé se dedica lúdicamente a construir y deconstruir los bordes de las obras, logrando una interacción directa con el espacio de emplazamiento, como en las obras Globalización, Yo-no, Enredados (en la foto) y Nombre desconocido, mientras que en Blue y Solitario este espacio toma volumen en el relieve.
Durante años el artista habló de "estética del caos" como una dinámica propia de este tiempo, en que la contradicción es intrínseca a su propio modo de entender el mundo y llevó esta contradicción a sus creaciones. En obras como Proyecto de monumento a la humanidad o Facetas I Noé utiliza la contradicción al punto que, a diferencia de los años 60 o 70 en donde utilizaba el color y el volumen cada uno en su dimensión, los tensiona para potenciarlos hasta componer una singular pintura 3D. Los cuerpos escultóricos proponen planos de ocupación en el espacio que luego se contradicen por el color. Es decir, el espacio que avanza en un sentido y el color a veces retrocede, o viceversa. Incluso en algunas oportunidades se neutraliza. De este modo Noé nos brinda una lúdica fiesta para el ojo.
En la obra Mambo (1962) Noé utiliza el plano dividido para dar forma a su concepto de "visión quebrada", empezando por emplear el frente y reverso del bastidor hasta llevar a cabo, en su producción posterior, instalaciones de bastidores que fueron ocupando todo el espacio/sala.
Posteriormente y durante décadas Noé se relaciona con el espacio pictórico en sus dos dimensiones. Desde principios del siglo XXI, comienza a explorarlo primero en lo que él llama "dibu-pintura", una mixtura sin distinción entre disciplinas, una estética repleta de fuertes tensiones visuales entre planos de color, intrincada en los detalles y complejidades rítmicas. En la última parte de este período, Noé se dedica lúdicamente a construir y deconstruir los bordes de las obras, logrando una interacción directa con el espacio de emplazamiento, como en las obras Globalización, Yo-no, Enredados (en la foto) y Nombre desconocido, mientras que en Blue y Solitario este espacio toma volumen en el relieve.
Durante años el artista habló de "estética del caos" como una dinámica propia de este tiempo, en que la contradicción es intrínseca a su propio modo de entender el mundo y llevó esta contradicción a sus creaciones. En obras como Proyecto de monumento a la humanidad o Facetas I Noé utiliza la contradicción al punto que, a diferencia de los años 60 o 70 en donde utilizaba el color y el volumen cada uno en su dimensión, los tensiona para potenciarlos hasta componer una singular pintura 3D. Los cuerpos escultóricos proponen planos de ocupación en el espacio que luego se contradicen por el color. Es decir, el espacio que avanza en un sentido y el color a veces retrocede, o viceversa. Incluso en algunas oportunidades se neutraliza. De este modo Noé nos brinda una lúdica fiesta para el ojo.