al inicio de la Primera Gran Guerra nuestro país vivió un corto período de prosperidad y abundancia gracias a la elevada cotización que con motivo del declive económico europeo alcanzaron algunos de sus principales productos agrícolas de exportación como el cacao, el tabaco, el café y muy especialmente la caña de azúcar, cuyo precio se elevó de $5.50 el quintal en 1914 a $12.50 en 1918 y a $22.50 en 1920.
Con la intención de aprovechar mejor el alza temporal en los precios, los comerciantes se dispusieron a elevar rápidamente su escala de producción mediante la adquisición de nuevos bienes de capital con importantes préstamos en moneda extranjera y mediante un uso más intensivo del factor trabajo, cuya retribución también aumentó debido a su mayor escasez en relación a la ampliación en su demanda.
al inicio de la Primera Gran Guerra nuestro país vivió un corto período de prosperidad y abundancia gracias a la elevada cotización que con motivo del declive económico europeo alcanzaron algunos de sus principales productos agrícolas de exportación como el cacao, el tabaco, el café y muy especialmente la caña de azúcar, cuyo precio se elevó de $5.50 el quintal en 1914 a $12.50 en 1918 y a $22.50 en 1920.
Con la intención de aprovechar mejor el alza temporal en los precios, los comerciantes se dispusieron a elevar rápidamente su escala de producción mediante la adquisición de nuevos bienes de capital con importantes préstamos en moneda extranjera y mediante un uso más intensivo del factor trabajo, cuya retribución también aumentó debido a su mayor escasez en relación a la ampliación en su demanda.