Los parásitos son organismos vivos, que viven en el huésped (un organismo vivo) y utilizan los nutrientes del huésped completamente, dañandolo en el debido proceso. Los parásitos entran en el cuerpo humano a través de varios canales: el aire, el agua y los alimentos que comemos. Una vez que entra, no sólo prosperan en los alimentos que comemos, sino también empiezan a comernos a nosotros desde el interior, para acelerar su multiplicación. Se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran principalmente en el tracto gastro-intestinal. Existen más de mil tipos de parásitos, que pueden vivir en el cuerpo humano. Algunos son extremadamente microscópicos, mientras que otros son lo suficientemente grandes para el ojo humano. En los seres humanos, los parásitos intestinales pueden causar problemas graves de la salud, haciendo que el cuerpo se debilite y se desnutra, lo que aumenta su vulnerabilidad a los virus, hongos, bacterias, sustancias químicas y el envenenamiento por los metales, así como diversas enfermedades.
Los parásitos intestinales
Tipos Los diferentes tipos de parásitos intestinales en los seres humanos liberan toxinas en el cuerpo, lo que a su vez que reduce la resistencia para luchar contra las infecciones. Estos no sólo causan enfermedades, sino que aumentan las que ya se tienen. Ahora veremos una lista de los siguientes parásitos, que se encuentran en los seres humanos.
Los protozoos: Los protozoos, son unos parásitos unicelulares, capaces de multiplicarse en el interior del cuerpo humano. Estos son microscópicos por su naturaleza. Se transmiten por la vía oral (el agua o los alimentos contaminados) o por la ruta fecal. Los parásitos protozoarios comunes, son las amebas, la giardia, la neospora, toxoplasmosis, cryptosporidium, Sarcocystis, etc.
Los helmintos: Los helmintos son parásitos, que tienen muchas células y en su mayoría son lo suficientemente grandes, como para ser observados por el ojo humano, cuando se encuentran en la etapa adulta. Una vez que los gusanos parásitos helmintos entran en la etapa adulta, no pueden multiplicarse en el cuerpo humano. Pero para entonces causan bastante daño. Los gusanos helmintos comunes, son las tenias, los oxiuros, las lombrices, los gusanos, etc.
Causas Como los parásitos están presentes en el medio ambiente, no es muy difícil para estos entrar en el cuerpo. Además de los niños, las personas de edad adulta y normalmente sanas, también pueden infectarse. El saneamiento deficiente y la falta de higiene (sobre todo en relación con los alimentos y el agua), son las causas más comunes de la infección por estos parásitos. La salud digestiva deficiente, puede infectar el ano con facilidad. Vivir en los áreas que no se consideran centros de atención habitacional para los niños, son lugares más comunes, donde uno puede contraer los parásitos. Las personas con las infecciones inmunes comprometidas, como el VIH o el SIDA, u otras enfermedades, en las que el cuerpo no mantiene la resistencia, también se pueden infectar. Incluso caminar descalzo puede hacer, que una persona se infecte con los parásitos como las lombrices.
Síntomas Una vez que el parásito entra en el cuerpo, el sistema inmunológico de defensa de nuestro cuerpo trata de abordar, sin embargo, en la mayoría de los casos, los parásitos llegan a ser más fuertes y se multiplican con una ferocidad extraña. Los síntomas más tempranos y más notables de la presencia de los parásitos intestinales en el cuerpo son la diarrea, las náuseas y un picor constante. Algunos también experimentan dolor en las articulaciones, la fatiga crónica, goteo nasal, inquietud, ampollas en la boca y las deficiencias autoinmunes. En los casos graves, los malos olores de las heces con moco y sangre, también se producen. Los síntomas gripales, la pérdida de apetito, los calambres abdominales y los gases también puede ocurrir. Un síntoma raro es el paso de los gusanos en las heces.
Diagnóstico y tratamiento Las heces, el esputo, la orina, la sangre o la prueba de la piel se recomienda para la detección de los parásitos. Estas pruebas no sólo confirman la presencia de los gusanos, sino también el tipo: protozoos o helmintos. Otras pruebas de diagnóstico incluyen la prueba de cinta scotch, prueba de hilo, etc. Los tratamientos más comúnmente prescritos para los parásitos son mebendazol, tiabendazol, metronidazol, praziquantel y difenoxilato. La limpieza del colon es también una forma de tratamiento. Además de estos medicamentos, las hierbas naturales como el ajo, la vasaka, el ajenjo, calamus, granada, nogal negro, rizo menta, el agracejo, etc., también se pueden utilizar para el tratamiento.
Los parásitos intestinales pueden ser tratados con facilidad, pero la detección temprana y la intervención oportuna es necesaria para evitar las complicaciones de salud importantes. Una buena higiene es la clave para asegurar, que estos gusanos se mantengan a raya, pero sólo en el caso, de que uno se infecte, consulte a un médico inmediatamente.
Los parásitos son organismos vivos, que viven en el huésped (un organismo vivo) y utilizan los nutrientes del huésped completamente, dañandolo en el debido proceso. Los parásitos entran en el cuerpo humano a través de varios canales: el aire, el agua y los alimentos que comemos. Una vez que entra, no sólo prosperan en los alimentos que comemos, sino también empiezan a comernos a nosotros desde el interior, para acelerar su multiplicación. Se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran principalmente en el tracto gastro-intestinal. Existen más de mil tipos de parásitos, que pueden vivir en el cuerpo humano. Algunos son extremadamente microscópicos, mientras que otros son lo suficientemente grandes para el ojo humano. En los seres humanos, los parásitos intestinales pueden causar problemas graves de la salud, haciendo que el cuerpo se debilite y se desnutra, lo que aumenta su vulnerabilidad a los virus, hongos, bacterias, sustancias químicas y el envenenamiento por los metales, así como diversas enfermedades.
Los parásitos intestinales
Tipos
Los diferentes tipos de parásitos intestinales en los seres humanos liberan toxinas en el cuerpo, lo que a su vez que reduce la resistencia para luchar contra las infecciones. Estos no sólo causan enfermedades, sino que aumentan las que ya se tienen. Ahora veremos una lista de los siguientes parásitos, que se encuentran en los seres humanos.
Los protozoos: Los protozoos, son unos parásitos unicelulares, capaces de multiplicarse en el interior del cuerpo humano. Estos son microscópicos por su naturaleza. Se transmiten por la vía oral (el agua o los alimentos contaminados) o por la ruta fecal. Los parásitos protozoarios comunes, son las amebas, la giardia, la neospora, toxoplasmosis, cryptosporidium, Sarcocystis, etc.
Los helmintos: Los helmintos son parásitos, que tienen muchas células y en su mayoría son lo suficientemente grandes, como para ser observados por el ojo humano, cuando se encuentran en la etapa adulta. Una vez que los gusanos parásitos helmintos entran en la etapa adulta, no pueden multiplicarse en el cuerpo humano. Pero para entonces causan bastante daño. Los gusanos helmintos comunes, son las tenias, los oxiuros, las lombrices, los gusanos, etc.
Causas
Como los parásitos están presentes en el medio ambiente, no es muy difícil para estos entrar en el cuerpo. Además de los niños, las personas de edad adulta y normalmente sanas, también pueden infectarse. El saneamiento deficiente y la falta de higiene (sobre todo en relación con los alimentos y el agua), son las causas más comunes de la infección por estos parásitos. La salud digestiva deficiente, puede infectar el ano con facilidad. Vivir en los áreas que no se consideran centros de atención habitacional para los niños, son lugares más comunes, donde uno puede contraer los parásitos. Las personas con las infecciones inmunes comprometidas, como el VIH o el SIDA, u otras enfermedades, en las que el cuerpo no mantiene la resistencia, también se pueden infectar. Incluso caminar descalzo puede hacer, que una persona se infecte con los parásitos como las lombrices.
Síntomas
Una vez que el parásito entra en el cuerpo, el sistema inmunológico de defensa de nuestro cuerpo trata de abordar, sin embargo, en la mayoría de los casos, los parásitos llegan a ser más fuertes y se multiplican con una ferocidad extraña. Los síntomas más tempranos y más notables de la presencia de los parásitos intestinales en el cuerpo son la diarrea, las náuseas y un picor constante. Algunos también experimentan dolor en las articulaciones, la fatiga crónica, goteo nasal, inquietud, ampollas en la boca y las deficiencias autoinmunes. En los casos graves, los malos olores de las heces con moco y sangre, también se producen. Los síntomas gripales, la pérdida de apetito, los calambres abdominales y los gases también puede ocurrir. Un síntoma raro es el paso de los gusanos en las heces.
Diagnóstico y tratamiento
Las heces, el esputo, la orina, la sangre o la prueba de la piel se recomienda para la detección de los parásitos. Estas pruebas no sólo confirman la presencia de los gusanos, sino también el tipo: protozoos o helmintos. Otras pruebas de diagnóstico incluyen la prueba de cinta scotch, prueba de hilo, etc. Los tratamientos más comúnmente prescritos para los parásitos son mebendazol, tiabendazol, metronidazol, praziquantel y difenoxilato. La limpieza del colon es también una forma de tratamiento. Además de estos medicamentos, las hierbas naturales como el ajo, la vasaka, el ajenjo, calamus, granada, nogal negro, rizo menta, el agracejo, etc., también se pueden utilizar para el tratamiento.
Los parásitos intestinales pueden ser tratados con facilidad, pero la detección temprana y la intervención oportuna es necesaria para evitar las complicaciones de salud importantes. Una buena higiene es la clave para asegurar, que estos gusanos se mantengan a raya, pero sólo en el caso, de que uno se infecte, consulte a un médico inmediatamente.