Explica"Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo."
Introducción
El Señor pasó un periodo de tiempo indeterminado en Galilea del que Juan sólo nos ha contado el milagro de la sanidad del hijo de un noble en Capernaum. Esto es así, porque como ya hemos señalado en otras ocasiones, Juan no pretende contarnos una historia completa de todas las obras de Jesús (Jn 21:25), sino que escoge determinados incidentes que sirven para demostrar que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y de esta forma las personas lleguen a creer en él y tengan vida eterna (Jn 20:30-31). Si queremos saber qué es lo que ocupó al Señor en este tiempo del que Juan guarda silencio, debemos leer los otros tres evangelios, en los que encontraremos muchos detalles del intenso ministerio que Jesús llevó a cabo por toda Galilea.
Ahora vemos que Jesús regresó nuevamente a Jerusalén con motivo de "una fiesta de los judíos". Recordamos que en su visita anterior, el Señor presentó con toda claridad sus pretensiones mesiánicas cuando purificó el templo, y esto despertó la oposición y hostilidad de los judíos (Jn 2:13-22). Ahora, en su segunda visita a Jerusalén, rápidamente veremos que la actitud de los judíos se endureció aun más contra él, hasta el punto de que se pusieron de acuerdo en perseguirle y procuraban matarle (Jn 5:16). Y veremos que cuando más adelante regresó nuevamente a Jerusalén, los judíos seguían manteniendo la misma actitud hostil contra él debido a la sanidad del paralítico que nos relata este pasaje que ahora vamos a estudiar (Jn 7:10-24). Estamos, por lo tanto, ante una ocasión crucial en el ministerio de Jesús, que con el tiempo le llevaría finalmente hasta la cruz.
Respuesta:
perdón pero no tengo biblia
Explicación:
gracias por los puntos
Respuesta:
Explica"Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. El les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el día de reposo."
Introducción
El Señor pasó un periodo de tiempo indeterminado en Galilea del que Juan sólo nos ha contado el milagro de la sanidad del hijo de un noble en Capernaum. Esto es así, porque como ya hemos señalado en otras ocasiones, Juan no pretende contarnos una historia completa de todas las obras de Jesús (Jn 21:25), sino que escoge determinados incidentes que sirven para demostrar que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y de esta forma las personas lleguen a creer en él y tengan vida eterna (Jn 20:30-31). Si queremos saber qué es lo que ocupó al Señor en este tiempo del que Juan guarda silencio, debemos leer los otros tres evangelios, en los que encontraremos muchos detalles del intenso ministerio que Jesús llevó a cabo por toda Galilea.
Ahora vemos que Jesús regresó nuevamente a Jerusalén con motivo de "una fiesta de los judíos". Recordamos que en su visita anterior, el Señor presentó con toda claridad sus pretensiones mesiánicas cuando purificó el templo, y esto despertó la oposición y hostilidad de los judíos (Jn 2:13-22). Ahora, en su segunda visita a Jerusalén, rápidamente veremos que la actitud de los judíos se endureció aun más contra él, hasta el punto de que se pusieron de acuerdo en perseguirle y procuraban matarle (Jn 5:16). Y veremos que cuando más adelante regresó nuevamente a Jerusalén, los judíos seguían manteniendo la misma actitud hostil contra él debido a la sanidad del paralítico que nos relata este pasaje que ahora vamos a estudiar (Jn 7:10-24). Estamos, por lo tanto, ante una ocasión crucial en el ministerio de Jesús, que con el tiempo le llevaría finalmente hasta la cruz.