dayanacantos2000La Prosopografía o Eficción es una figura retórica que consiste en la descripción de los rasgos físicos o externos de las personas: Era un señor flaco, bajito, escuálido, melenas grises y barba blanca, nariz corva,. ojos hundidos y brillantes. Vestía levita y llevaba un sombrero de copa... Ejemplos de Prosopografía: Su nombre es Dulcinea; [...] su hermosura, sobrehumana, [...] sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve...
Aun ahora, con su elevada estatura, barba rizosa y bien cortada, los ojos animados y brillantes y el cutis sin arrugas, sería aceptado por muchas mujeres Riendo, con su doble fila de dientes blancos, con su cara atezada y sobria, su cabeza pelada y su meloncillo en la frente... [...] Llegaba en mangas de camisa, sin corbata ni cuello, casi mojado aún de su chapuzó en la corriente. Los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas; las cejas delgadas y aladas; la nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos y blancos; los labios, colorados y grosezuelos; el pecho alto; la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar?, que se despereza el hombre cuando las mira... "
Era un señor flaco, bajito, escuálido, melenas grises y barba blanca, nariz corva,. ojos hundidos y brillantes. Vestía levita y llevaba un sombrero de copa...
Ejemplos de Prosopografía:
Su nombre es Dulcinea; [...] su hermosura, sobrehumana, [...] sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve...
Aun ahora, con su elevada estatura, barba rizosa y bien cortada, los ojos animados y brillantes y el cutis sin arrugas, sería aceptado por muchas mujeres
Riendo, con su doble fila de dientes blancos, con su cara atezada y sobria, su cabeza pelada y su meloncillo en la frente... [...] Llegaba en mangas de camisa, sin corbata ni cuello, casi mojado aún de su chapuzó en la corriente.
Los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas; las cejas delgadas y aladas; la nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos y blancos; los labios, colorados y grosezuelos; el pecho alto; la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿quién te la podría figurar?, que se despereza el hombre cuando las mira...
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