Desde su irrupción en 1959, la revolución cubana constituyó un severo golpe a la indiscutida hegemonía de Estados Unidos en Latinoamérica, tal como se demostró en el intento norteamericano, a través de los emigrados anticastristas, por recuperar el control de la isla en 1961 mediante la fracasada invasión de Bahía de Cochinos, y en la llamada Crisis de los Misiles en 1962, en que Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba y retirar sus misiles nucleares de Turquía, a cambio de que la Unión Soviética desistiera de instalar misiles en la isla, tras la detección, por parte de aviones estadounidenses, de rampas de misiles y tropas sovieticas en Cuba.
La revolución cubana tuvo también profundos efectos políticos e ideológicos en los partidos latinoamericanos de izquierda, muchos de los cuales adoptaron estrategias encaminadas a lograr cambios revolucionarios mediante la vía armada. En el caso de Chile, el Partido Socialista fue progresivamente radicalizando sus posiciones, al poner en cuestión la eficacia del sistema democrático y plantear la necesidad de imponer el socialismo mediante la vía violenta. Algunas decenas de militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) incluso asistieron a centros de instrucción guerrillera en Cuba.
El Partido Comunista, en cambio, aunque brindó su apoyo a la revolución cubana, continuó privilegiando la lucha político-electoral como estrategia para llegar al poder y, desde allí, llevar a cabo profundas reformas estructurales, como paso previo a la construcción del socialismo.
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Desde su irrupción en 1959, la revolución cubana constituyó un severo golpe a la indiscutida hegemonía de Estados Unidos en Latinoamérica, tal como se demostró en el intento norteamericano, a través de los emigrados anticastristas, por recuperar el control de la isla en 1961 mediante la fracasada invasión de Bahía de Cochinos, y en la llamada Crisis de los Misiles en 1962, en que Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba y retirar sus misiles nucleares de Turquía, a cambio de que la Unión Soviética desistiera de instalar misiles en la isla, tras la detección, por parte de aviones estadounidenses, de rampas de misiles y tropas sovieticas en Cuba.
La revolución cubana tuvo también profundos efectos políticos e ideológicos en los partidos latinoamericanos de izquierda, muchos de los cuales adoptaron estrategias encaminadas a lograr cambios revolucionarios mediante la vía armada. En el caso de Chile, el Partido Socialista fue progresivamente radicalizando sus posiciones, al poner en cuestión la eficacia del sistema democrático y plantear la necesidad de imponer el socialismo mediante la vía violenta. Algunas decenas de militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) incluso asistieron a centros de instrucción guerrillera en Cuba.
El Partido Comunista, en cambio, aunque brindó su apoyo a la revolución cubana, continuó privilegiando la lucha político-electoral como estrategia para llegar al poder y, desde allí, llevar a cabo profundas reformas estructurales, como paso previo a la construcción del socialismo.