Aquí no se puede decir mucho, hay que tener en cuenta la ley principal de fonética, que dicta que toda palabra latina es tónica en la penúltima sílaba a menos que esta sea breve, en ese caso la pronunciación se retrotrae a la antepenúltima. No sé si han marcado la prosodia, pero una sílaba larga vale dos moras (dos tiempos) y lleva encima una raya recta, y una sílaba breve vale dos moras, y lleva una raya curva. No existen palabras agudas en latín de forma natural.
Así que si la penúltima sílaba de la palabra es breve, se pone la tónica en la anterior.
ej; fabulae es pronunciada "fábulae", porque la "bu" es breve y no puede ser tónica. En cambio magister es pronunciada "magíster", porque la gi es larga y puede ser tónica.
Cabe decir que las palabras con dos sílabas o una sola (como algunos adverbios) se acentúan siempre en la penúltima sílaba, porque el acento no puede ir a la antepenúltima (ya que no hay).
Respuesta:
Annus*
Aquí no se puede decir mucho, hay que tener en cuenta la ley principal de fonética, que dicta que toda palabra latina es tónica en la penúltima sílaba a menos que esta sea breve, en ese caso la pronunciación se retrotrae a la antepenúltima. No sé si han marcado la prosodia, pero una sílaba larga vale dos moras (dos tiempos) y lleva encima una raya recta, y una sílaba breve vale dos moras, y lleva una raya curva. No existen palabras agudas en latín de forma natural.
Así que si la penúltima sílaba de la palabra es breve, se pone la tónica en la anterior.
ej; fabulae es pronunciada "fábulae", porque la "bu" es breve y no puede ser tónica. En cambio magister es pronunciada "magíster", porque la gi es larga y puede ser tónica.
Cabe decir que las palabras con dos sílabas o una sola (como algunos adverbios) se acentúan siempre en la penúltima sílaba, porque el acento no puede ir a la antepenúltima (ya que no hay).