Restricción o supresión de comidas: Según algunos estudios como el Breakfast habits, nutritional status, body weight, and academic performance in children and adolescents, publicado en la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, entre el 30 y el 50 por ciento de los adolescentes no desayunan o lo hacen de forma irregular e insuficiente. Esto puede provocar que presenten más dificultades en el aprendizaje y el rendimiento escolar.
Abuso de las comidas rápidas: Aunque este tipo de alimentos destaquen por ser atractivos y baratos, contienen un exceso de grasas saturadas y carbohidratos refinados, y tienen un escaso aporte de fibra, vitaminas y minerales. Además, estas comidas pueden tener un alto contenido en yodo, produciendo un excesivo aumento del acné y disfunción tiroidea. El abuso de comidas rápidas pueden provocar el desarrollo de enfermedades como la obesidad.
Ingesta entre comidas: Consumir alimentos entre las comidas produce una disminución del apetito y puede trastocar los hábitos dietéticos. En algunos casos, los alimentos que se consumen entre las comidas habituales tienen un alto contenido calórico y un bajo nivel nutritivo (bollería, dulces, snacks, refrescos, etcétera).
Seguir dietas especiales y poco equilibradas (macrobióticas, vegetarianas, etcétera): Este tipo de dietas tienen el riesgo de conducir a una carencia de nutrientes que puede afectar al correcto desarrollo y formación de la persona adulta. Hay que destacar que esto depende del tipo de dieta que se realice.
Fumar: Según el informe, las personas que fuman necesitan más del doble de vitamina C, betacarotenos, vitamina E y ácido fólico que el resto, ya que el tabaco interfiere en la absorción de estos nutrientes.
Beber alcohol: El alcohol también influye en la absorción de vitamina C, vitamina A, tiamina y ácido fólico; además, aumenta la eliminación, a través de la excreción urinaria, de zinc, magnesio y calcio, elementos necesarios para el correcto desarrollo físico y mental.
Restricción o supresión de comidas: Según algunos estudios como el Breakfast habits, nutritional status, body weight, and academic performance in children and adolescents, publicado en la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, entre el 30 y el 50 por ciento de los adolescentes no desayunan o lo hacen de forma irregular e insuficiente. Esto puede provocar que presenten más dificultades en el aprendizaje y el rendimiento escolar.
Abuso de las comidas rápidas: Aunque este tipo de alimentos destaquen por ser atractivos y baratos, contienen un exceso de grasas saturadas y carbohidratos refinados, y tienen un escaso aporte de fibra, vitaminas y minerales. Además, estas comidas pueden tener un alto contenido en yodo, produciendo un excesivo aumento del acné y disfunción tiroidea. El abuso de comidas rápidas pueden provocar el desarrollo de enfermedades como la obesidad.
Ingesta entre comidas: Consumir alimentos entre las comidas produce una disminución del apetito y puede trastocar los hábitos dietéticos. En algunos casos, los alimentos que se consumen entre las comidas habituales tienen un alto contenido calórico y un bajo nivel nutritivo (bollería, dulces, snacks, refrescos, etcétera).
Seguir dietas especiales y poco equilibradas (macrobióticas, vegetarianas, etcétera): Este tipo de dietas tienen el riesgo de conducir a una carencia de nutrientes que puede afectar al correcto desarrollo y formación de la persona adulta. Hay que destacar que esto depende del tipo de dieta que se realice.
Fumar: Según el informe, las personas que fuman necesitan más del doble de vitamina C, betacarotenos, vitamina E y ácido fólico que el resto, ya que el tabaco interfiere en la absorción de estos nutrientes.
Beber alcohol: El alcohol también influye en la absorción de vitamina C, vitamina A, tiamina y ácido fólico; además, aumenta la eliminación, a través de la excreción urinaria, de zinc, magnesio y calcio, elementos necesarios para el correcto desarrollo físico y mental.