La Reconquista española ha sido denominada por la historiografía nacional como el periodo comprendido entre la derrota de las fuerzas patriotas en Rancagua, el 1 y 2 de octubre de 1814, y su posterior victoria en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817.
Tras la derrota en Rancagua, que significó el exilio de los restos del ejército patriota al otro lado de los Andes, el jefe militar realista Mariano Osorio asumió el mando del país con el título de gobernador. La campaña de contrarrevolución, emprendida por el Virrey del Perú, Fernando de Abascal, tuvo éxito, siendo el paso siguiente restituir la autoridad del rey Fernando VII, repuesto en el trono de España tras la caída de Napoleón. De inmediato se abolieron todas las iniciativas republicanas decretadas por José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins y se restauraron las instituciones de gobierno, administrativas y judiciales de la Colonia.
La represión sobre los patriotas fue inmediata. Se impuso el toque de queda y se ordenó el arresto de las personas que habían participado en la causa patriota, siendo unos cuarenta de ellos remitidos al archipiélago de Juan Fernández, mientras que otros fueron desterrados de Santiago. Asimismo, en el aspecto económico, a muchos patriotas se les confiscaron sus bienes o se vieron obligados a pagar préstamos forzosos.
En diciembre de 1815 llegó a Chile para asumir como nuevo Gobernador Casimiro Marcó del Pont. Su gobierno, debió enfrentar el resurgimiento de las actividades revolucionarias de los patriotas, alentadas desde Mendoza por José de San Martín y Bernando O'Higgins mientras preparaban un nuevo ejército. Entre los guerrilleros destacaron las acciones de Manuel Rodríguez y José Miguel Neira, quienes movilizando montoneras mantuvieron la causa de la independencia de Chile. La resistencia a la restauración española y la certeza del avance de los preparativos de un ejército invasor al otro lado de los Andes, llevaron a Marcó del Pont a extremar sus medidas de vigilancia y de represión, situación que devino en un desprestigio de su gobierno y en una abierta simpatía por la causa patriota entre la población chilena.
A principios de 1817 el Ejército Libertador cruzó los Andes por los gélidos pasos montañosos, produciéndose el enfrentamiento entre las fuerzas realistas y patriotas al norte de Santiago, en febrero de 1817. Dos días después, las tropas al mando de San Martín y O'Higgins entraron a la ciudad aclamados por la población, llegando a su fin la denominada reconquista española.
La Reconquista española ha sido denominada por la historiografía nacional como el periodo comprendido entre la derrota de las fuerzas patriotas en Rancagua, el 1 y 2 de octubre de 1814, y su posterior victoria en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817.
Tras la derrota en Rancagua, que significó el exilio de los restos del ejército patriota al otro lado de los Andes, el jefe militar realista Mariano Osorio asumió el mando del país con el título de gobernador. La campaña de contrarrevolución, emprendida por el Virrey del Perú, Fernando de Abascal, tuvo éxito, siendo el paso siguiente restituir la autoridad del rey Fernando VII, repuesto en el trono de España tras la caída de Napoleón. De inmediato se abolieron todas las iniciativas republicanas decretadas por José Miguel Carrera y Bernardo O'Higgins y se restauraron las instituciones de gobierno, administrativas y judiciales de la Colonia.
La represión sobre los patriotas fue inmediata. Se impuso el toque de queda y se ordenó el arresto de las personas que habían participado en la causa patriota, siendo unos cuarenta de ellos remitidos al archipiélago de Juan Fernández, mientras que otros fueron desterrados de Santiago. Asimismo, en el aspecto económico, a muchos patriotas se les confiscaron sus bienes o se vieron obligados a pagar préstamos forzosos.
En diciembre de 1815 llegó a Chile para asumir como nuevo Gobernador Casimiro Marcó del Pont. Su gobierno, debió enfrentar el resurgimiento de las actividades revolucionarias de los patriotas, alentadas desde Mendoza por José de San Martín y Bernando O'Higgins mientras preparaban un nuevo ejército. Entre los guerrilleros destacaron las acciones de Manuel Rodríguez y José Miguel Neira, quienes movilizando montoneras mantuvieron la causa de la independencia de Chile. La resistencia a la restauración española y la certeza del avance de los preparativos de un ejército invasor al otro lado de los Andes, llevaron a Marcó del Pont a extremar sus medidas de vigilancia y de represión, situación que devino en un desprestigio de su gobierno y en una abierta simpatía por la causa patriota entre la población chilena.
A principios de 1817 el Ejército Libertador cruzó los Andes por los gélidos pasos montañosos, produciéndose el enfrentamiento entre las fuerzas realistas y patriotas al norte de Santiago, en febrero de 1817. Dos días después, las tropas al mando de San Martín y O'Higgins entraron a la ciudad aclamados por la población, llegando a su fin la denominada reconquista española.