Respuesta:
Está
Explicación:
Desde una perspectiva evolutiva histórica, la aparición de la agricultura y la ganadería en el Neolítico (unos 10.000 –
12.500 años atrás) determinó y cambió la evolución del homo sapiens. El ser humano es lo que es hoy gracias y por
consecuencia de esa revolución que ocurrió en el Neolítico, donde además de comenzar a domesticar plantas y
animales, el hombre comienza a establecerse, formar grupos sociales más numerosos e intercambiar mucho más de
lo que lo había hecho por cientos de miles de años antes.
Los últimos descubrimientos arqueológicos indican que los restos más antiguos de homo sapiens encontrados datan
de entre 250.000 a 300.000 años de antigüedad en la zona de lo que hoy sería Etiopía en África. Hasta la revolución
ocurrida en el Neolítico el homo sapiens vivía en grupos de entre 100 y 150 individuos nómades que se dedicaban a
cazar y recolectar. Se asentaban provisoriamente hasta que se agotaban los recursos cercanos y se veían obligados a
trasladarse a otro sitio para seguir subsistiendo.
Inclusive los últimos descubrimientos genéticos indicarían que, desde que el homo sapiens comenzó a utilizar la
agricultura y la ganadería para abastecerse de alimentos, al cambiar su dieta cambió su ADN y eso permitió que mutara
en lo que hoy conocemos como raza humana. Cambiaron los huesos de la mandíbula y los dientes, cambió la forma
de la cabeza, el hombre comenzó a estar más erguido, y hasta cambió el grosor y características de la piel y los ojos.
Esta revolución permitió que el ser humano se asentara.
Junto con un cambio climático global que habría ocurrido unos 30.000 años atrás, provocando el retroceso de
glaciares y temperaturas más cálidas en todo el globo, el homo sapiens se esparció por el planeta entero y aumentó
enormemente su población. Esta revolución permitió que los distintos seres humanos pudieran especializarse en
tareas cada vez más diversas. Lo que conocemos como cultura y la diversidad de seres que hoy conviven en el planeta,
es una consecuencia de esta revolución.
La historia del desarrollo del ser humano es la historia de cosechar prosperidad a partir de la agricultura. Existe una
gran cantidad de evidencia histórica escrita que ratifica la importancia del desarrollo agrícola en la historia de la
humanidad. Para citar un ejemplo conocido, en India, los textos védicos posteriores (3.000 - 500 a. C.) hacen
frecuentes referencias a la tecnología y las prácticas agrícolas.
Desde una perspectiva biológica presente, somos lo que comemos. Cada célula que compone nuestro organismo
es el resultado de un proceso milagroso, en cuanto a la cantidad y perfección de pasos que se llevan a cabo segundo
a segundo a nivel microscópico en nuestro cuerpo, que conocemos como digestión. Cada célula de nuestro cuerpo
proviene de una planta, o de un animal ingerido. Es decir, biológicamente, como raza; seguimos dependiendo de los
recursos que nos brinda la madre Tierra. Recursos que heredamos hace cientos de miles de años, pero que ya existían
y corresponden a un legado de más de 4.500 millones de años de vida del planeta. Todo lo que hoy la raza humana
ingiere se deriva, o bien de la agricultura, o bien de la ganadería o de la pesca.
Ya con estos pocos argumentos contundentes podemos justificar la completa relación existente entre el desarrollo del
ser humano y el desarrollo de la agricultura. Sin embargo, este es solo el punto de partida del informe. La intención
de este trabajo es explicar, cómo se relacionan la agricultura, el sector agropecuario y el desarrollo socio-económico
de una nación. Se hará énfasis en la importancia del sector agropecuario para el desarrollo económico de sociedades
consideradas aún no desarrolladas. Sobre este punto, indudablemente se caerá en la tentación de hacer referencia a
la relación particular existente en la economía argentina.
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Está
Explicación:
Desde una perspectiva evolutiva histórica, la aparición de la agricultura y la ganadería en el Neolítico (unos 10.000 –
12.500 años atrás) determinó y cambió la evolución del homo sapiens. El ser humano es lo que es hoy gracias y por
consecuencia de esa revolución que ocurrió en el Neolítico, donde además de comenzar a domesticar plantas y
animales, el hombre comienza a establecerse, formar grupos sociales más numerosos e intercambiar mucho más de
lo que lo había hecho por cientos de miles de años antes.
Los últimos descubrimientos arqueológicos indican que los restos más antiguos de homo sapiens encontrados datan
de entre 250.000 a 300.000 años de antigüedad en la zona de lo que hoy sería Etiopía en África. Hasta la revolución
ocurrida en el Neolítico el homo sapiens vivía en grupos de entre 100 y 150 individuos nómades que se dedicaban a
cazar y recolectar. Se asentaban provisoriamente hasta que se agotaban los recursos cercanos y se veían obligados a
trasladarse a otro sitio para seguir subsistiendo.
Inclusive los últimos descubrimientos genéticos indicarían que, desde que el homo sapiens comenzó a utilizar la
agricultura y la ganadería para abastecerse de alimentos, al cambiar su dieta cambió su ADN y eso permitió que mutara
en lo que hoy conocemos como raza humana. Cambiaron los huesos de la mandíbula y los dientes, cambió la forma
de la cabeza, el hombre comenzó a estar más erguido, y hasta cambió el grosor y características de la piel y los ojos.
Esta revolución permitió que el ser humano se asentara.
Junto con un cambio climático global que habría ocurrido unos 30.000 años atrás, provocando el retroceso de
glaciares y temperaturas más cálidas en todo el globo, el homo sapiens se esparció por el planeta entero y aumentó
enormemente su población. Esta revolución permitió que los distintos seres humanos pudieran especializarse en
tareas cada vez más diversas. Lo que conocemos como cultura y la diversidad de seres que hoy conviven en el planeta,
es una consecuencia de esta revolución.
La historia del desarrollo del ser humano es la historia de cosechar prosperidad a partir de la agricultura. Existe una
gran cantidad de evidencia histórica escrita que ratifica la importancia del desarrollo agrícola en la historia de la
humanidad. Para citar un ejemplo conocido, en India, los textos védicos posteriores (3.000 - 500 a. C.) hacen
frecuentes referencias a la tecnología y las prácticas agrícolas.
Desde una perspectiva biológica presente, somos lo que comemos. Cada célula que compone nuestro organismo
es el resultado de un proceso milagroso, en cuanto a la cantidad y perfección de pasos que se llevan a cabo segundo
a segundo a nivel microscópico en nuestro cuerpo, que conocemos como digestión. Cada célula de nuestro cuerpo
proviene de una planta, o de un animal ingerido. Es decir, biológicamente, como raza; seguimos dependiendo de los
recursos que nos brinda la madre Tierra. Recursos que heredamos hace cientos de miles de años, pero que ya existían
y corresponden a un legado de más de 4.500 millones de años de vida del planeta. Todo lo que hoy la raza humana
ingiere se deriva, o bien de la agricultura, o bien de la ganadería o de la pesca.
Ya con estos pocos argumentos contundentes podemos justificar la completa relación existente entre el desarrollo del
ser humano y el desarrollo de la agricultura. Sin embargo, este es solo el punto de partida del informe. La intención
de este trabajo es explicar, cómo se relacionan la agricultura, el sector agropecuario y el desarrollo socio-económico
de una nación. Se hará énfasis en la importancia del sector agropecuario para el desarrollo económico de sociedades
consideradas aún no desarrolladas. Sobre este punto, indudablemente se caerá en la tentación de hacer referencia a
la relación particular existente en la economía argentina.