Cuando ingerimos alimentos, estos tienen una energía química almacenada. Dentro de nuestro cuerpo se produce la reacción necesaria para poder liberar y aprovechar esa energía, que es la que nos mueve, alimenta (nunca mejor dicho) nuestros procesos corporales y nos hace seguir vivos.
Cuando ingerimos alimentos, estos tienen una energía química almacenada. Dentro de nuestro cuerpo se produce la reacción necesaria para poder liberar y aprovechar esa energía, que es la que nos mueve, alimenta (nunca mejor dicho) nuestros procesos corporales y nos hace seguir vivos.