Aunque existen muchos criterios, podría decirse que la cultura general es el conjunto de conocimientos fundamentales sobre diversos temas del pasado, del presente y del futuro con los que contamos para entender y afrontar la existencia. Penosamente, esta cultura general que, sea dicho de paso, siempre nos engrandecerá y nos ayudará a tener una mayor comprensión de nuestro entorno, está seriamente descuidada y hasta podría decirse que, en el caso de muchas personas, es casi inexistente. Una de las principales causas para que ello ocurra ha sido el síndrome de los llamados «bárbaros verticales», término utilizado por el filosofo español Julián Marías para identificar a aquellos individuos que, por zambullirse en las profundidades del conocimiento específico de su rama de especialidad, han descuidado peligrosamente la horizontalidad y grandeza de la cultura, situándose paradójicamente en un estado de peligrosa incultura. Otra de las causas que han minado la cultura general de las personas ha sido la banalidad cotidiana que marca la sociedad actual, en la que tendemos a ser una especie de autómatas que sobrevivimos dentro de los linderos de nuestro micro mundo individual en el que no existe cabida para el conocimiento universal que nos conecte e identifique con nuestros semejantes.
De ahí la importancia de que cada uno de nosotros, sin importar género, profesión, ocupación, ideología o credo, construyamos y alimentemos nuestra cultura general, separando lo trivial de lo sustancial para convertirnos en individuos críticos y preparados para sostener conversaciones de gran alcance en relación con los temas y problemas que caracterizan al complejo mundo. Está claro que nadie puede saberlo todo, pero resulta indudable que podemos y debemos contar, a más de los saberes que nuestras actividades laborales imponen, con conocimientos fundamentales de cultura general que guíen nuestra ruta de vida, que nos ubiquen con claridad en el planeta, que tiendan puentes para integrarnos con el prójimo y que nos impulsen a ser ciudadanos de todo el globo terráqueo. De no hacerlo, limitaríamos aún más nuestro breve paso existencial y confinaríamos nuestra subsistencia a los bordes de la pequeña esfera de conocimiento respecto a la que gira nuestro quehacer diario y especializado.
Respuesta:
Importancia de la cultura general
Aunque existen muchos criterios, podría decirse que la cultura general es el conjunto de conocimientos fundamentales sobre diversos temas del pasado, del presente y del futuro con los que contamos para entender y afrontar la existencia. Penosamente, esta cultura general que, sea dicho de paso, siempre nos engrandecerá y nos ayudará a tener una mayor comprensión de nuestro entorno, está seriamente descuidada y hasta podría decirse que, en el caso de muchas personas, es casi inexistente. Una de las principales causas para que ello ocurra ha sido el síndrome de los llamados «bárbaros verticales», término utilizado por el filosofo español Julián Marías para identificar a aquellos individuos que, por zambullirse en las profundidades del conocimiento específico de su rama de especialidad, han descuidado peligrosamente la horizontalidad y grandeza de la cultura, situándose paradójicamente en un estado de peligrosa incultura. Otra de las causas que han minado la cultura general de las personas ha sido la banalidad cotidiana que marca la sociedad actual, en la que tendemos a ser una especie de autómatas que sobrevivimos dentro de los linderos de nuestro micro mundo individual en el que no existe cabida para el conocimiento universal que nos conecte e identifique con nuestros semejantes.
De ahí la importancia de que cada uno de nosotros, sin importar género, profesión, ocupación, ideología o credo, construyamos y alimentemos nuestra cultura general, separando lo trivial de lo sustancial para convertirnos en individuos críticos y preparados para sostener conversaciones de gran alcance en relación con los temas y problemas que caracterizan al complejo mundo. Está claro que nadie puede saberlo todo, pero resulta indudable que podemos y debemos contar, a más de los saberes que nuestras actividades laborales imponen, con conocimientos fundamentales de cultura general que guíen nuestra ruta de vida, que nos ubiquen con claridad en el planeta, que tiendan puentes para integrarnos con el prójimo y que nos impulsen a ser ciudadanos de todo el globo terráqueo. De no hacerlo, limitaríamos aún más nuestro breve paso existencial y confinaríamos nuestra subsistencia a los bordes de la pequeña esfera de conocimiento respecto a la que gira nuestro quehacer diario y especializado.
Explicación:
espero haber ayudado