Respuesta:
Las plantas para poder crecer necesitan de agua y determinados minerales, los cuales son
absorbidos por medio de sus raíces. Un suelo es fértil cuando tiene los nutrientes que las
plantas necesitan para desarrollarse adecuadamente. Si bien las plantas consiguen del
aire y el agua algunos elementos que necesitan (carbono, hidrógeno y oxígeno), otros
nutrientes principales (como el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio y el magnesio) los
absorbe del suelo (rocas que dieron origen al suelo y materia orgánica descompuesta por
los microorganismos).
Los seres humanos, al usar los suelos para la agricultura, realizan ciertas acciones que
pueden ser perjudiciales para la biodiversidad. Por ejemplo, el constante uso del suelo hace
que los nutrientes naturales se agoten y la siembra de algunos cultivos que no son nativos
de la zona provoca la llegada de animales a los que se les llama ‘especies invasoras’.
Por otra parte, después de la cosecha, se hace necesario labrar para
retirar los restos de las plantas. Esta acción provoca que el suelo se
quede sin vegetación y quede expuesto hasta que crezcan nuevos
cultivos, por lo que puede erosionarse por la lluvia o los vientos que
arrastran los nutrientes. A la larga, la erosión desgasta el suelo.
Además, la agricultura intensiva y continua reduce la materia orgánica
del suelo. Esto hace que pierda su capacidad para descomponer los
desechos y mantener la producción de alimentos en el futuro.
También, se usan grandes cantidades de pesticidas para controlar las plagas de insectos
que dañan los cultivos. Estas sustancias químicas, si bien ayudan a reducir la cantidad de
insectos, pueden contaminar el suelo.
Los fertilizantes químicos son buenos para el cultivo, pero su
constante uso en la agricultura provoca que el suelo pierda
sus nutrientes naturales. Además, si se usa mucha agua del
subsuelo, esta puede agotarse. Y no hay que olvidar que se
necesitan grandes cantidades de petróleo y gasolina para que
funcione el equipo agrícola empleado para aplicar fertilizantes
y pesticidas.
En algunos lugares de nuestra Amazonía, se acostumbra a preparar el suelo del bosque
para la agricultura de la siguiente manera: se talan los árboles y luego se quema todo lo
que queda. Esto genera que los seres vivos que habitaban esos lugares se desplacen o que
simplemente desaparezcan. Además, a la larga, estas acciones provocan que el rendimiento
del suelo disminuya.
Las acciones mencionadas traen como consecuencia que el
suelo quede desnudo, sin vegetación, al grado de que ya no
pueden crecer plantas allí. Esto sucede en la actualidad: el suelo
fértil está desapareciendo rápidamente. El mayor problema es
que se requieren muchos años (entre 100 y 2000) para que
vuelvan a formarse unos cuantos centímetros de suelo apto
para el cultivo.
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
Las plantas para poder crecer necesitan de agua y determinados minerales, los cuales son
absorbidos por medio de sus raíces. Un suelo es fértil cuando tiene los nutrientes que las
plantas necesitan para desarrollarse adecuadamente. Si bien las plantas consiguen del
aire y el agua algunos elementos que necesitan (carbono, hidrógeno y oxígeno), otros
nutrientes principales (como el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio y el magnesio) los
absorbe del suelo (rocas que dieron origen al suelo y materia orgánica descompuesta por
los microorganismos).
Los seres humanos, al usar los suelos para la agricultura, realizan ciertas acciones que
pueden ser perjudiciales para la biodiversidad. Por ejemplo, el constante uso del suelo hace
que los nutrientes naturales se agoten y la siembra de algunos cultivos que no son nativos
de la zona provoca la llegada de animales a los que se les llama ‘especies invasoras’.
Por otra parte, después de la cosecha, se hace necesario labrar para
retirar los restos de las plantas. Esta acción provoca que el suelo se
quede sin vegetación y quede expuesto hasta que crezcan nuevos
cultivos, por lo que puede erosionarse por la lluvia o los vientos que
arrastran los nutrientes. A la larga, la erosión desgasta el suelo.
Además, la agricultura intensiva y continua reduce la materia orgánica
del suelo. Esto hace que pierda su capacidad para descomponer los
desechos y mantener la producción de alimentos en el futuro.
También, se usan grandes cantidades de pesticidas para controlar las plagas de insectos
que dañan los cultivos. Estas sustancias químicas, si bien ayudan a reducir la cantidad de
insectos, pueden contaminar el suelo.
Los fertilizantes químicos son buenos para el cultivo, pero su
constante uso en la agricultura provoca que el suelo pierda
sus nutrientes naturales. Además, si se usa mucha agua del
subsuelo, esta puede agotarse. Y no hay que olvidar que se
necesitan grandes cantidades de petróleo y gasolina para que
funcione el equipo agrícola empleado para aplicar fertilizantes
y pesticidas.
En algunos lugares de nuestra Amazonía, se acostumbra a preparar el suelo del bosque
para la agricultura de la siguiente manera: se talan los árboles y luego se quema todo lo
que queda. Esto genera que los seres vivos que habitaban esos lugares se desplacen o que
simplemente desaparezcan. Además, a la larga, estas acciones provocan que el rendimiento
del suelo disminuya.
Las acciones mencionadas traen como consecuencia que el
suelo quede desnudo, sin vegetación, al grado de que ya no
pueden crecer plantas allí. Esto sucede en la actualidad: el suelo
fértil está desapareciendo rápidamente. El mayor problema es
que se requieren muchos años (entre 100 y 2000) para que
vuelvan a formarse unos cuantos centímetros de suelo apto
para el cultivo.
Explicación: