La guerra de Corea comenzó oficialmente el 24 y 25 de junio de 1950. Ni Moscú ni Washington la deseaban. La URSS estaba agotada por su holocausto nacional de 30 millones en la Segunda Guerra Mundial. Stalin temía la bomba atómica que Estados Unidos había utilizado hacía tan poco contra Japón. Por el contrario, los enemigos del Norte y del Sur querían zurrarse. Los combates fronterizos eran crónicos desde mayo de 1949. La secuencia de la guerra es conocida: primero el Norte arrolló al Sur y a los americanos hasta arrinconarlos en el extremo sur-este de la península, luego el desembarco americano en Inchon dio un giro total a la situación y los arrinconados fueron los del Norte, y en octubre de 1950 China intervino con sus voluntarios que salvaron al Norte, regresándose al final a la posición inicial.
China intervino en la guerra porque se sintió amenazada, pero también porque Mao se consideraba moralmente obligado, a causa del enorme tributo que los coreanos de Kim Il Sung habían pagado a la Revolución China, con su importante participación en la resistencia contra los japoneses en Manchuria y en la guerra civil china. Oficialmente 183.108 voluntarios chinos, entre ellos el hijo mayor de Mao, Mao Anying, murieron en la guerra de Corea. La cifra la ha divulgado China este octubre, al conmemorar su 60 aniversario con un acto en el que Xi Jinping, el previsible delfín de Hu Jintao, mencionó, “una guerra grande y justa para salvaguardar la paz y resistir la agresión”, pero los historiadores suelen manejar cifras mucho más abultadas. En Pyongyang, el variable recuerdo de la ayuda china, por ejemplo en los museos y en el cementerio de Hoechang, donde hay miles de voluntarios chinos enterrados, marca como un termómetro la temperatura de las relaciones entre el régimen y Pekín.
La guerra de Corea comenzó oficialmente el 24 y 25 de junio de 1950. Ni Moscú ni Washington la deseaban. La URSS estaba agotada por su holocausto nacional de 30 millones en la Segunda Guerra Mundial. Stalin temía la bomba atómica que Estados Unidos había utilizado hacía tan poco contra Japón. Por el contrario, los enemigos del Norte y del Sur querían zurrarse. Los combates fronterizos eran crónicos desde mayo de 1949. La secuencia de la guerra es conocida: primero el Norte arrolló al Sur y a los americanos hasta arrinconarlos en el extremo sur-este de la península, luego el desembarco americano en Inchon dio un giro total a la situación y los arrinconados fueron los del Norte, y en octubre de 1950 China intervino con sus voluntarios que salvaron al Norte, regresándose al final a la posición inicial.
China intervino en la guerra porque se sintió amenazada, pero también porque Mao se consideraba moralmente obligado, a causa del enorme tributo que los coreanos de Kim Il Sung habían pagado a la Revolución China, con su importante participación en la resistencia contra los japoneses en Manchuria y en la guerra civil china. Oficialmente 183.108 voluntarios chinos, entre ellos el hijo mayor de Mao, Mao Anying, murieron en la guerra de Corea. La cifra la ha divulgado China este octubre, al conmemorar su 60 aniversario con un acto en el que Xi Jinping, el previsible delfín de Hu Jintao, mencionó, “una guerra grande y justa para salvaguardar la paz y resistir la agresión”, pero los historiadores suelen manejar cifras mucho más abultadas. En Pyongyang, el variable recuerdo de la ayuda china, por ejemplo en los museos y en el cementerio de Hoechang, donde hay miles de voluntarios chinos enterrados, marca como un termómetro la temperatura de las relaciones entre el régimen y Pekín.
ninguno china interviene por que es un aliado de corea al igual como corea del sur interviene con EEUU