GabrielaBc
La Pasión de Cristo recrea las últimas doce horas en la vida de Jesús de Nazaret desde el momento en el que acude al Huerto de los Olivos (Getsemaní) a orar tras la Última Cena, enfrentándose a las tentaciones de Satanás. Allí sufre la traición de Judas Iscariote, siendo arrestado y conducido a Jerusalén para ser juzgado por blasfemia, según denuncian los fariseos.
Jesús es presentado ante Pilatos, el Gobernador Romano en Palestina, quien escucha las acusaciones levantadas contra él y se da cuenta de que se trata de un conflicto político, delegando el asunto en el Rey Herodes que no tarda en devolverlo a las autoridades romanas para ser juzgado.
De nuevo ante Pilatos, éste ofrece al pueblo la oportunidad de elegir a quien liberar: a Jesús o al asesino Barrabás. La multitud elige a Barrabás y condena a Jesús, que es puesto en manos de los soldados romanos y flagelado como castigo.
Aunque Pilatos trata de hacer ver a la multitud que el castigo ya ha sido suficiente, los fariseos no lo consideran así. Lavándose las manos, ordena a sus hombres cumplir los deseos del pueblo y Jesús es condenado a muerte.
Jesús deberá cruzar las calles de Jerusalén cargando con la cruz camino del Gólgota, lugar en el que será crucificado. Allí, clavado a la cruz, superará la última tentación: el temor a ser abandonado por su Padre. Sobreponiéndose a su miedo, mira a María, su madre, y pronuncia palabras que sólo ella puede entender: "Todo está acabado"; finalmente expira diciendo: "En tus manos entrego mi espíritu". Las fuerzas de la naturaleza se rebelan en el momento de la muerte de Cristo.
Jesús es presentado ante Pilatos, el Gobernador Romano en Palestina, quien escucha las acusaciones levantadas contra él y se da cuenta de que se trata de un conflicto político, delegando el asunto en el Rey Herodes que no tarda en devolverlo a las autoridades romanas para ser juzgado.
De nuevo ante Pilatos, éste ofrece al pueblo la oportunidad de elegir a quien liberar: a Jesús o al asesino Barrabás. La multitud elige a Barrabás y condena a Jesús, que es puesto en manos de los soldados romanos y flagelado como castigo.
Aunque Pilatos trata de hacer ver a la multitud que el castigo ya ha sido suficiente, los fariseos no lo consideran así. Lavándose las manos, ordena a sus hombres cumplir los deseos del pueblo y Jesús es condenado a muerte.
Jesús deberá cruzar las calles de Jerusalén cargando con la cruz camino del Gólgota, lugar en el que será crucificado. Allí, clavado a la cruz, superará la última tentación: el temor a ser abandonado por su Padre. Sobreponiéndose a su miedo, mira a María, su madre, y pronuncia palabras que sólo ella puede entender: "Todo está acabado"; finalmente expira diciendo: "En tus manos entrego mi espíritu". Las fuerzas de la naturaleza se rebelan en el momento de la muerte de Cristo.