El sacramento del orden sacerdotal consiste en la consagración al ministerio del servicio a la Iglesia y a Dios. Esto le exige dedicación plena y libre disposición a Dios.
Ordenación de tres presbíteros en la Catedral de Santa María de Hildesheim
El sacramento del orden sacerdotal concede la autoridad para ejercer funciones y ministerios eclesiásticos que se refieren al culto de Dios y a la salvación de las almas. Está dividido en tres grados:
El episcopado: Confiere la plenitud de la orden y torna el candidato legítimo sucesor de los apóstoles y le son confiados los oficios de enseñar, santificar y regir.
El presbiterado: Configura el candidato al Cristo sacerdote y buen pastor. Es capaz de actuar en nombre de Cristo cabeza y administrar el culto divino.
El diaconado: Confiere al candidato la orden para el servicio en la Iglesia, a través del culto divino, de la predicación, de la orientación y sobre todo, de la caridad.
La doctrina católica indica que este sacramento se confiere a aquellos que, habiendo recibido un particular llamado de Dios y luego de haber discernido su vocación al ministerio sacerdotal, son considerados idóneos para el ejercicio de este y son ordenados por el obispo diocesano. También se considera que los sacramentos son fundamentales para aquellos que crean en Dios nuestro señor.
Explicación:
El sacramento del orden sacerdotal consiste en la consagración al ministerio del servicio a la Iglesia y a Dios. Esto le exige dedicación plena y libre disposición a Dios.
Ordenación de tres presbíteros en la Catedral de Santa María de Hildesheim
El sacramento del orden sacerdotal concede la autoridad para ejercer funciones y ministerios eclesiásticos que se refieren al culto de Dios y a la salvación de las almas. Está dividido en tres grados:
El episcopado: Confiere la plenitud de la orden y torna el candidato legítimo sucesor de los apóstoles y le son confiados los oficios de enseñar, santificar y regir.
El presbiterado: Configura el candidato al Cristo sacerdote y buen pastor. Es capaz de actuar en nombre de Cristo cabeza y administrar el culto divino.
El diaconado: Confiere al candidato la orden para el servicio en la Iglesia, a través del culto divino, de la predicación, de la orientación y sobre todo, de la caridad.
La doctrina católica indica que este sacramento se confiere a aquellos que, habiendo recibido un particular llamado de Dios y luego de haber discernido su vocación al ministerio sacerdotal, son considerados idóneos para el ejercicio de este y son ordenados por el obispo diocesano. También se considera que los sacramentos son fundamentales para aquellos que crean en Dios nuestro señor.