Como se indicó en el resumen, el presente análisis de Niños del cielo aplica un modelo de apreciación psicocinematográfica que examina la película en seis dimensiones, recorrido que a su vez presupone un orden creciente de niveles de comprensión, desde el más ingenuo hasta el más “profundo”, desde la lectura más literal hasta la más autónoma o “libre”. Cruzando las seis dimensiones del análisis con los seis niveles de profundidad del mismo, se obtendría un cuadro de treinta y seis cuadrículas. Por cierto, ese cuadro eventual no constituye una prótesis ni un tour de force, sino más bien una carta de navegación flexible.
2En efecto, un largo trabajo docente ha mostrado empíricamente que este mapeo inicial (las seis dimensiones de análisis y los seis niveles de comprensión), cuando es ofrecido flexiblemente y no impuesto como un corsé, orienta a los estudiantes hacia la metacognición y promueve el desarrollo de habilidades transversales. Esto ocurre porque el método propicia la toma de conciencia de las distintas operaciones que confluyen en la comprensión: empezando por la sensopercepción espontánea (más o menos atenta), siguiendo luego con la observación intencional, el razonamiento, el discernimiento, la autognosis y la creatividad).
3Comenzaré ofreciendo la ficha técnica de la película, una sinopsis de la historia y una explicación sintética del modelo aplicado. En la parte principal, se sigue el orden ya señalado en el abstract: es decir, para cada uno de los seis planos de análisis (interpersonal, intrapersonal, transpersonal, ideológico, simbólico, estético) se formulan comentarios que empiezan por lo observable, siguen luego por lo inferible, prosiguen por lo interpretable y así sucesivamente. Estos seis niveles se explicitan retrospectivamente en la penúltima parte del artículo, donde se los asocia a las operaciones mentales requeridas en cada caso. Finalmente, se ofrecen algunas reflexiones psico- y socioeducacionales.
Como se indicó en el resumen, el presente análisis de Niños del cielo aplica un modelo de apreciación psicocinematográfica que examina la película en seis dimensiones, recorrido que a su vez presupone un orden creciente de niveles de comprensión, desde el más ingenuo hasta el más “profundo”, desde la lectura más literal hasta la más autónoma o “libre”. Cruzando las seis dimensiones del análisis con los seis niveles de profundidad del mismo, se obtendría un cuadro de treinta y seis cuadrículas. Por cierto, ese cuadro eventual no constituye una prótesis ni un tour de force, sino más bien una carta de navegación flexible.
2En efecto, un largo trabajo docente ha mostrado empíricamente que este mapeo inicial (las seis dimensiones de análisis y los seis niveles de comprensión), cuando es ofrecido flexiblemente y no impuesto como un corsé, orienta a los estudiantes hacia la metacognición y promueve el desarrollo de habilidades transversales. Esto ocurre porque el método propicia la toma de conciencia de las distintas operaciones que confluyen en la comprensión: empezando por la sensopercepción espontánea (más o menos atenta), siguiendo luego con la observación intencional, el razonamiento, el discernimiento, la autognosis y la creatividad).
3Comenzaré ofreciendo la ficha técnica de la película, una sinopsis de la historia y una explicación sintética del modelo aplicado. En la parte principal, se sigue el orden ya señalado en el abstract: es decir, para cada uno de los seis planos de análisis (interpersonal, intrapersonal, transpersonal, ideológico, simbólico, estético) se formulan comentarios que empiezan por lo observable, siguen luego por lo inferible, prosiguen por lo interpretable y así sucesivamente. Estos seis niveles se explicitan retrospectivamente en la penúltima parte del artículo, donde se los asocia a las operaciones mentales requeridas en cada caso. Finalmente, se ofrecen algunas reflexiones psico- y socioeducacionales.
II. Ficha técnica y sinopsis