1 Las palabras de Dios, las cuales ahabló a bMoisés en una ocasión en que Moisés fue arrebatado a una montaña extremadamente alta,
2 y avio a Dios bcara a cara, y habló con él, y la cgloria de Dios cubrió a Moisés; por lo tanto, Moisés pudo dsoportar su presencia.
3 Y Dios habló a Moisés, diciendo: He aquí, soy el Señor Dios aOmnipotente, y bSin Fin es mi nombre; porque soy sin principio de días ni fin de años; ¿y no es esto sin fin?
4 He aquí, tú eres mi hijo; amira, pues, y te mostraré las obras de mis bmanos; pero no todas, porque mis cobras son sin dfin, y también mis epalabras, porque jamás cesan.
5 Por consiguiente, ningún hombre puede contemplar todas mis obras sin ver toda mi gloria; y ningún hombre puede ver toda mi gloria y después permanecer en la carne sobre la tierra.
6 Y tengo una obra para ti, Moisés, hijo mío; y tú eres a asemejanza de mi bUnigénito; y mi Unigénito es y será el cSalvador, porque es lleno de dgracia y de everdad; pero aparte de mí fno hay Dios, y para mí todas las cosas están presentes, porque todas las gconozco.
7 Y ahora bien, he aquí, te revelo solo esto, Moisés, hijo mío, porque tú estás en el mundo, y ahora te lo muestro.
8 Y aconteció que Moisés miró, y vio el amundo sobre el cual fue creado; y bvio Moisés el mundo y sus confines, y todos los hijos de los hombres que son y que fueron creados, de lo cual grandemente se cmaravilló y se asombró.
9 Y la presencia de Dios se apartó de Moisés, de modo que su gloria ya no lo cubría; y Moisés quedó a solas; y al quedar a solas, cayó a tierra.
10 Y sucedió que por el espacio de muchas horas Moisés no pudo recobrar su afuerza natural según el hombre, y se dijo a sí mismo: Por esta causa, ahora sé que el hombre no es bnada, cosa que yo nunca me había imaginado.
11 Pero ahora mis propios ojos han visto a aDios; pero no mis ojos bnaturales, sino mis ojos espirituales; porque mis ojos naturales no hubieran podido ver; porque habría cdesfallecido y me habría dmuerto en su presencia; mas su gloria me cubrió, y vi su erostro, porque fui ftransfigurado delante de él.
12 Y aconteció que cuando Moisés hubo pronunciado estas palabras, he aquí, aSatanás vino para btentarlo, diciendo: Moisés, hijo de hombre, adórame.
13 Y sucedió que Moisés miró a Satanás, y le dijo: ¿Quién eres tú? Porque, he aquí, yo soy un ahijo de Dios, a semejanza de su Unigénito. ¿Y dónde está tu gloria, para que te adore?
14 Porque he aquí, no hubiera podido ver a Dios, a menos que su gloria me hubiera cubierto y hubiera sido atransfigurado ante él. Pero yo puedo verte a ti según el hombre natural. ¿No es verdad esto?
15 Bendito sea el nombre de mi Dios, porque su Espíritu no se ha apartado de mí por completo, y por otra parte, ¿dónde está tu gloria?, porque para mí es tinieblas. Y puedo discernir entre tú y Dios; pues él me dijo: aAdora a Dios, porque a él solamente bservirás.
Respuesta:
1 Las palabras de Dios, las cuales ahabló a bMoisés en una ocasión en que Moisés fue arrebatado a una montaña extremadamente alta,
2 y avio a Dios bcara a cara, y habló con él, y la cgloria de Dios cubrió a Moisés; por lo tanto, Moisés pudo dsoportar su presencia.
3 Y Dios habló a Moisés, diciendo: He aquí, soy el Señor Dios aOmnipotente, y bSin Fin es mi nombre; porque soy sin principio de días ni fin de años; ¿y no es esto sin fin?
4 He aquí, tú eres mi hijo; amira, pues, y te mostraré las obras de mis bmanos; pero no todas, porque mis cobras son sin dfin, y también mis epalabras, porque jamás cesan.
5 Por consiguiente, ningún hombre puede contemplar todas mis obras sin ver toda mi gloria; y ningún hombre puede ver toda mi gloria y después permanecer en la carne sobre la tierra.
6 Y tengo una obra para ti, Moisés, hijo mío; y tú eres a asemejanza de mi bUnigénito; y mi Unigénito es y será el cSalvador, porque es lleno de dgracia y de everdad; pero aparte de mí fno hay Dios, y para mí todas las cosas están presentes, porque todas las gconozco.
7 Y ahora bien, he aquí, te revelo solo esto, Moisés, hijo mío, porque tú estás en el mundo, y ahora te lo muestro.
8 Y aconteció que Moisés miró, y vio el amundo sobre el cual fue creado; y bvio Moisés el mundo y sus confines, y todos los hijos de los hombres que son y que fueron creados, de lo cual grandemente se cmaravilló y se asombró.
9 Y la presencia de Dios se apartó de Moisés, de modo que su gloria ya no lo cubría; y Moisés quedó a solas; y al quedar a solas, cayó a tierra.
10 Y sucedió que por el espacio de muchas horas Moisés no pudo recobrar su afuerza natural según el hombre, y se dijo a sí mismo: Por esta causa, ahora sé que el hombre no es bnada, cosa que yo nunca me había imaginado.
11 Pero ahora mis propios ojos han visto a aDios; pero no mis ojos bnaturales, sino mis ojos espirituales; porque mis ojos naturales no hubieran podido ver; porque habría cdesfallecido y me habría dmuerto en su presencia; mas su gloria me cubrió, y vi su erostro, porque fui ftransfigurado delante de él.
12 Y aconteció que cuando Moisés hubo pronunciado estas palabras, he aquí, aSatanás vino para btentarlo, diciendo: Moisés, hijo de hombre, adórame.
13 Y sucedió que Moisés miró a Satanás, y le dijo: ¿Quién eres tú? Porque, he aquí, yo soy un ahijo de Dios, a semejanza de su Unigénito. ¿Y dónde está tu gloria, para que te adore?
14 Porque he aquí, no hubiera podido ver a Dios, a menos que su gloria me hubiera cubierto y hubiera sido atransfigurado ante él. Pero yo puedo verte a ti según el hombre natural. ¿No es verdad esto?
15 Bendito sea el nombre de mi Dios, porque su Espíritu no se ha apartado de mí por completo, y por otra parte, ¿dónde está tu gloria?, porque para mí es tinieblas. Y puedo discernir entre tú y Dios; pues él me dijo: aAdora a Dios, porque a él solamente bservirás.