El informe Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2013-2022 prevé que los precios se mantengan por encima de la media histórica a medio plazo, tanto para los productos agrícolas como los ganaderos, debido a la combinación de aumento más lento de la producción y mayor demanda, incluyendo de biocombustibles.
Según los expertos, la agricultura se ha convertido en un sector cada vez más orientado hacia el mercado, en contraposición a la orientación política que tuvo en el pasado, ofreciendo así a los países en desarrollo importantes oportunidades de inversión y de beneficios económicos, dada su creciente demanda de alimentos, el potencial de expansión de la producción y las ventajas comparativas en muchos mercados mundiales.
Sin embargo, los déficit de producción, la volatilidad de los precios y las perturbaciones en el comercio siguen siendo una amenaza para la seguridad alimentaria mundial. El análisis de la OCDE/FAO advierte: "mientras las existencias de alimentos en los principales países productores y consumidores sigan siendo bajas, el riesgo de volatilidad de los precios es elevado. Una sequía generalizada -como sucedió en 2012-, unida a las bajas reservas de alimentos, podría empujar los precios mundiales del 15 al 40 por ciento".
El informe Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2013-2022 prevé que los precios se mantengan por encima de la media histórica a medio plazo, tanto para los productos agrícolas como los ganaderos, debido a la combinación de aumento más lento de la producción y mayor demanda, incluyendo de biocombustibles.
Según los expertos, la agricultura se ha convertido en un sector cada vez más orientado hacia el mercado, en contraposición a la orientación política que tuvo en el pasado, ofreciendo así a los países en desarrollo importantes oportunidades de inversión y de beneficios económicos, dada su creciente demanda de alimentos, el potencial de expansión de la producción y las ventajas comparativas en muchos mercados mundiales.
Sin embargo, los déficit de producción, la volatilidad de los precios y las perturbaciones en el comercio siguen siendo una amenaza para la seguridad alimentaria mundial. El análisis de la OCDE/FAO advierte: "mientras las existencias de alimentos en los principales países productores y consumidores sigan siendo bajas, el riesgo de volatilidad de los precios es elevado. Una sequía generalizada -como sucedió en 2012-, unida a las bajas reservas de alimentos, podría empujar los precios mundiales del 15 al 40 por ciento".