Durante el paleolítico, aunque el hombre y la mujer realizaban esfuerzos para cazar, pescar, y recolectar frutos y raíces silvestres, desde el punto de vista que el trabajo es la que crea la riqueza, se considera que en el paleolítico practicaron la Economía Parasitaria; porque, millones de años, durante la hominización, hombres y mujeres sólo aprovechaban lo que brindaba la naturaleza.
Cuando se produce la gran Revolución Neolítica con el descubrimiento de la agricultura y la domesticación de los animales en los principales valles y mesetas del mundo, los más fuertes se apoderaron de mayores extensiones de tierras fértiles y los convirtieron en su propiedad privada de hecho. Los marginados de propiedad, en su afán de sobrevivencia empezaron con la economía parasitaria. Pero, cuando la sociedad occidental se organiza en Estado, al contemplar de cómo los gobernantes recaudaban y administraban grandes volúmenes de riquezas, surgen los parásitos del Estado, como nos pueden demostrar los clásicos de la política occidental:
“Los éforos, magistratura fundada por el rey Teopontes, 70 años después de Licurgo. Está formado por magistrados elegidos de las clases populares, éstos viéndose elevados de rango, siendo muy pobres, les obliga a venderse... La corrupción de algunos ha contribuido a la ruina del país. Como era tanta su autoridad, próxima a la tiranía, hasta los reyes se veían obligados hacerse demagogos, saludando a los éforos” (Pág. 57 – “La Política” de Aristóteles). Agrega Aristóteles: “...todo gobierno instituido con miras al interés de los gobernantes, es vicioso en su origen, porque no es más que una corrupción
Durante el paleolítico, aunque el hombre y la mujer realizaban esfuerzos para cazar, pescar, y recolectar frutos y raíces silvestres, desde el punto de vista que el trabajo es la que crea la riqueza, se considera que en el paleolítico practicaron la Economía Parasitaria; porque, millones de años, durante la hominización, hombres y mujeres sólo aprovechaban lo que brindaba la naturaleza.
Cuando se produce la gran Revolución Neolítica con el descubrimiento de la agricultura y la domesticación de los animales en los principales valles y mesetas del mundo, los más fuertes se apoderaron de mayores extensiones de tierras fértiles y los convirtieron en su propiedad privada de hecho. Los marginados de propiedad, en su afán de sobrevivencia empezaron con la economía parasitaria. Pero, cuando la sociedad occidental se organiza en Estado, al contemplar de cómo los gobernantes recaudaban y administraban grandes volúmenes de riquezas, surgen los parásitos del Estado, como nos pueden demostrar los clásicos de la política occidental:
“Los éforos, magistratura fundada por el rey Teopontes, 70 años después de Licurgo. Está formado por magistrados elegidos de las clases populares, éstos viéndose elevados de rango, siendo muy pobres, les obliga a venderse... La corrupción de algunos ha contribuido a la ruina del país. Como era tanta su autoridad, próxima a la tiranía, hasta los reyes se veían obligados hacerse demagogos, saludando a los éforos” (Pág. 57 – “La Política” de Aristóteles). Agrega Aristóteles: “...todo gobierno instituido con miras al interés de los gobernantes, es vicioso en su origen, porque no es más que una corrupción