Los virus son unas cien veces más pequeños que las células humanas. Vienen en muchas formas diferentes y están presentes donde haya células por infectar.
De hecho, los virus son la unidad biológica más común sobre la Tierra, superando a todos los otros tipos juntos.
Cuando un virus entra en nuestro cuerpo, trata de atacar una célula.
Si nuestro sistema inmunológico reconoce el virus como un intruso, será destruido antes de que pueda entrar a una célula. Si no, comienza el proceso de infección.
Una vez está en la célula, el virus puede secuestrar la propia maquinaria de replicación de la célula, que empieza a hacer muchas copias del virus. Estos virus salen de la célula, destruyéndola, e intentarán infectar muchas más células a menos que sean atacados por el sistema inmunológico.
La infección puede comenzar también a esparcirse a otras personas.
Esto puede ocurrir rápidamente y con consecuencias devastadoras.
La gripe española de 1918 fue una de las pandemias virales más agresivas en la historia reciente. Se cree que causó hasta 50 millones de muertes a nivel mundial (ver recuadro).
Atajar el virus
El sistema inmunológico humano es increíblemente efectivo cuando se trata de encargarse de los invasores virales.
Algunos de los síntomas causados por los virus, como fiebre, vómito y cansancio, son el resultado de los mecanismos de defensa del cuerpo. En muchos casos de influenza y gripa, el sistema inmunológico destruye la infección.
La respuesta inmunológica genera algo llamado la inmunidad adquirida: el cuerpo "se acuerda" de los virus para poder destruirlos rápidamente si regresan, así como para hacernos resistentes a ellos en el futuro.
Un caso único de sarampión cuando somos niños, por ejemplo, nos da una resistencia para toda la vida.
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Respuesta:
Los virus son unas cien veces más pequeños que las células humanas. Vienen en muchas formas diferentes y están presentes donde haya células por infectar.
De hecho, los virus son la unidad biológica más común sobre la Tierra, superando a todos los otros tipos juntos.
Cuando un virus entra en nuestro cuerpo, trata de atacar una célula.
Si nuestro sistema inmunológico reconoce el virus como un intruso, será destruido antes de que pueda entrar a una célula. Si no, comienza el proceso de infección.
Una vez está en la célula, el virus puede secuestrar la propia maquinaria de replicación de la célula, que empieza a hacer muchas copias del virus. Estos virus salen de la célula, destruyéndola, e intentarán infectar muchas más células a menos que sean atacados por el sistema inmunológico.
La infección puede comenzar también a esparcirse a otras personas.
Esto puede ocurrir rápidamente y con consecuencias devastadoras.
La gripe española de 1918 fue una de las pandemias virales más agresivas en la historia reciente. Se cree que causó hasta 50 millones de muertes a nivel mundial (ver recuadro).
Atajar el virus
El sistema inmunológico humano es increíblemente efectivo cuando se trata de encargarse de los invasores virales.
Algunos de los síntomas causados por los virus, como fiebre, vómito y cansancio, son el resultado de los mecanismos de defensa del cuerpo. En muchos casos de influenza y gripa, el sistema inmunológico destruye la infección.
La respuesta inmunológica genera algo llamado la inmunidad adquirida: el cuerpo "se acuerda" de los virus para poder destruirlos rápidamente si regresan, así como para hacernos resistentes a ellos en el futuro.
Un caso único de sarampión cuando somos niños, por ejemplo, nos da una resistencia para toda la vida.
Explicación:
Espero y te ayudé,Suerte