¿Puede un hombre ser cosificado por una mujer? La pregunta surge una y otra vez en círculos feministas y la respuesta no es sencilla. Mirado de manera simple, una podría pensar que sí. Porque si definimos la objetificación sexual como la consideración de una persona tan sólo como la suma de sus partes y para lo que esas partes pueden servirnos sexualmente, entonces, por supuesto, las mujeres pueden objetificar a los hombres.
Al fin y al cabo, hay mujeres ahí afuera que “usan” a los hombres sin apreciar sus personalidades, sentimientos o deseos, tal y como lo hacen los hombres. Este anuncio de Kraft es sólo uno de tantos ejemplos de un nuevo patrón comercial conocido como “hunkvertising” (publicidad a través de hombres ‘cachas’).
Respuesta:
¿Puede un hombre ser cosificado por una mujer? La pregunta surge una y otra vez en círculos feministas y la respuesta no es sencilla. Mirado de manera simple, una podría pensar que sí. Porque si definimos la objetificación sexual como la consideración de una persona tan sólo como la suma de sus partes y para lo que esas partes pueden servirnos sexualmente, entonces, por supuesto, las mujeres pueden objetificar a los hombres.
Al fin y al cabo, hay mujeres ahí afuera que “usan” a los hombres sin apreciar sus personalidades, sentimientos o deseos, tal y como lo hacen los hombres. Este anuncio de Kraft es sólo uno de tantos ejemplos de un nuevo patrón comercial conocido como “hunkvertising” (publicidad a través de hombres ‘cachas’).
Explicación:
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