Acto y potencia son palabras de uso común en el lenguaje hablado o escrito. No son términos exclusivos de un cierto tecnicismo filosófico, sino conceptos que todo el mundo utiliza, como fruto de su
conocimiento espontáneo, para designar unos determinados aspectos
de la realidad.
Sin duda, no se trata de términos unívocos porque tienen más
de un sentido, pero a nadie se le escapa que tampoco son meramente
equívocos: mediante ellos se denominan unos principios reales estrechamente vinculados entre sí.
Acto significa en primer lugar acción, y de entre los diversos
tipos de acciones el más aparente es el movimiento, porque va ligado
a lo sensible y nuestro conocimiento intelectual comienza siempre
en los datos obtenidos por los sentidos. De ahí que la acepción más
inmediata de la palabra «acto» sea precisamente ésta: una acción que
implica movimiento. Así, las acciones del hombre, por ejemplo, reciben también el nombre de actos humanos, las partes en las que se
divide una acción teatral o cinematográfica se califican como actos, etc.
Algo semejante ocurre con la potencia: en primer lugar se utiliza
como sinónimo de poder, capacidad de obrar. Es de uso constante
en la expresión oral o escrita: un arma de mucha potencia, la potencia
que desarrolla un motor, etc.
Sin embargo, acto y potencia no agotan su significación al designar respectivamente la acción y el poder. Un niño se dice que está
en potencia de llegar a ser un hombre, en cuanto es susceptible de
recibir un completamiento evolutivo, ínsito en los priacipios de su naturaleza
Respuesta:
Acto y potencia son palabras de uso común en el lenguaje hablado o escrito. No son términos exclusivos de un cierto tecnicismo filosófico, sino conceptos que todo el mundo utiliza, como fruto de su
conocimiento espontáneo, para designar unos determinados aspectos
de la realidad.
Sin duda, no se trata de términos unívocos porque tienen más
de un sentido, pero a nadie se le escapa que tampoco son meramente
equívocos: mediante ellos se denominan unos principios reales estrechamente vinculados entre sí.
Acto significa en primer lugar acción, y de entre los diversos
tipos de acciones el más aparente es el movimiento, porque va ligado
a lo sensible y nuestro conocimiento intelectual comienza siempre
en los datos obtenidos por los sentidos. De ahí que la acepción más
inmediata de la palabra «acto» sea precisamente ésta: una acción que
implica movimiento. Así, las acciones del hombre, por ejemplo, reciben también el nombre de actos humanos, las partes en las que se
divide una acción teatral o cinematográfica se califican como actos, etc.
Algo semejante ocurre con la potencia: en primer lugar se utiliza
como sinónimo de poder, capacidad de obrar. Es de uso constante
en la expresión oral o escrita: un arma de mucha potencia, la potencia
que desarrolla un motor, etc.
Sin embargo, acto y potencia no agotan su significación al designar respectivamente la acción y el poder. Un niño se dice que está
en potencia de llegar a ser un hombre, en cuanto es susceptible de
recibir un completamiento evolutivo, ínsito en los priacipios de su naturaleza
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